Mujeres de distinta nacionalidad se juntaron en un mismo proyecto social demostrando de lo que son capaces. Aprendieron las formas y las maneras de emprender, dejando a un lado sus miedos para cumplir sus sueños.
Vieron por redes sociales que la Fundación Mensajeros de la Paz impulsaba un programa con el financiamiento internacional. Acudieron a las oficinas, obtuvieron información y fueron evaluadas para ser parte de esta iniciativa bautizada como “Ruta 4.0”, la cual se desarrolló por alrededor de dos años.
Seleccionaron a 180 mujeres entre venezolanas, colombianas y ecuatorianas radicadas en Cuenca y los sectores aledaños. Conocieron de emprendimientos, empleabilidad, salud integral y recibieron asistencia legal hasta para regularizar su estatus migratorio.
Mujeres emprendedoras
Desirre Sirit, de 36 años, llegó en el 2017 al país desde su natal Maracay, con el afán de ganar más dinero para costear los gastos de su madre afectada por una enfermedad, quien falleció en el 2022. De trabajar como ingeniera informática en la Corporación Eléctrica de Venezuela llegó a Guayaquil para laborar en lo que sea posible, fue vendedora de una empresa de plásticos, encargada de restaurantes, tuvo un hijo, e inició un emprendimiento de preparar bebidas saludables.
Por la inseguridad del Puerto Principal, se traslada a Cuenca en el 2023 para comenzar de nuevo manteniendo su emprendimiento y laborando actualmente en una empresa local. Ingresa al proyecto “Ruta 4.0” para recibir apoyo psicológico y adquirir conocimientos con el propósito de mejorar su labor.
Algo parecido pasó Jaqueline Carreño, oriunda de Isla Margarita, en Venezuela, quien llegó hace siete años a Cuenca. Laboraba como profesora de Educación Inicial, cursaba una maestría, pero dejó todo para estar con su hija y nietos, quienes migraron antes en busca de mejores días.
Jaqueline llegó para trabajar por un tiempo en comedores hasta que su hija decide viajar a Estados Unidos (EE.UU.), quedándose a cargo de sus nietos. Accede al proyecto de la Fundación Mensajeros de la Paz y comienza un emprendimiento para vender ropa de segunda mano con los conocimientos adquiridos en cada uno de los módulos de capacitación.
Buscan cumplir sus sueños
Soledad Villa, de 56 años, forma parte del programa con la intención de cambiar el rumbo de su vida tras criar a sus tres hijos, apoyando a su esposo en los quehaceres del hogar. Apuesta por iniciar su negocio como costurera para cumplir el sueño que siempre tuvo desde niña.
Por eso, y contando con el apoyo de sus hijos, ingresó a este proyecto social. Soledad, oriunda de Cuenca, se siente más independiente, realizada y segura de sí mismo para conseguir todo lo que se proponga.
En el grupo de mujeres favorecidas con el programa están amas de casa, agricultoras, maestras y profesionales que solo necesitaban de un incentivo para triunfar en la vida. -(I)
Proyecto aborda las necesidades de las mujeres
El proyecto “Ruta 4.0” desarrolló un modelo de intervención integral que abordó las necesidades de las mujeres desde múltiples dimensiones. La Fundación Mensajeros de la Paz en alianza con la Asociación para la Cooperación entre Comunidades (ACOEC) y Jovesólides recibieron el financiamiento de Generalitat Valenciana para su ejecución en dos años con cuatro módulos que duraron alrededor de cuatro meses cada uno.
Para Roxana Vintimilla, presidente de la Fundación Mensajeros de la Paz-Ecuador, el proyecto ayudó a las mujeres a capacitarse para ser activas en el sistema laboral local de la ciudad. Al final reciben un certificado para avalar su preparación que les puede servir para acceder a oportunidades laborales.
La Fundación contrató a técnicos y profesores capacitados por la academia para que viertan sus conocimientos a las mujeres. La intención es replicar este proyecto para los próximos años, incluso para fines de 2025 se presentará una nueva propuesta al ente financiador. –(I)
DETALLES
180 mujeres fueron seleccionadas, de las cuáles, 136 concluyeron los dos años de capacitación.
El proyecto se destinó para mujeres ubicadas en el rango de movilidad humana y de grupos prioritarios.
Un acto especial para conocer los resultados del programa se cumplió ayer en la Universidad del Azuay (UDA).
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