
El Municipio de Cuenca inició este martes 18 de junio las mesas técnicas en Molleturo con el objetivo de recoger los aportes de los pobladores de esta parroquia e incluirlos en las ordenanzas de planificación territorial.
La delegación municipal estuvo encabezada por Santiago Vanegas, titular de la Dirección de Control Urbano, junto a personal de la Dirección de Planificación de la municipalidad.
Esta reunión fue una respuesta a los acuerdos firmados el último martes entre los habitantes de esta zona y Cristian Zamora, alcalde de Cuenca, lo que permitió la habilitación de la vía Cuenca – Molleturo – El Empalme, que permanecía cerrada.
Los manifestantes exigían la eliminación de tres ordenanzas.
La primera: la Ordenanza que Controla y Sanciona el Uso y Ocupación del Suelo en Cuenca, vigente desde el 25 de septiembre de 2024, compuesta por 89 artículos.
La segunda: la Ordenanza que Regula el Uso, Gestión y Aprovechamiento del Suelo Urbano y Rural, así como la actualización del Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PDOT) y la aprobación del Plan de Uso y Gestión del Suelo (PUGS).
La tercera: la reforma a la Ordenanza para el Cobro de las Contribuciones Especiales de Mejoras en el Cantón Cuenca, aprobada el 11 de enero de 2024.
Ordenar el crecimiento
Para Manuel Vintimilla, arquitecto e investigador, una ordenanza de planificación territorial es clave para ordenar el crecimiento y proteger a la población. Sin ella, se facilita la ocupación descontrolada del suelo.
“Por ejemplo, quebradas y zonas de riesgo son espacios naturales que no deben ser invadidos. Construir allí sin control pone en peligro vidas humanas y daña ecosistemas esenciales…”, señaló.
Destacó que las ordenanzas en esta área permiten definir usos de suelo, establecer límites y proteger zonas de amortiguamiento. Así se previenen deslizamientos e inundaciones que afectan a comunidades enteras.
Añadió: “Sin planificación adecuada, proliferan las construcciones ilegales en lugares no aptos, lo que genera costos sociales y económicos muy altos para los gobiernos locales”.
Este especialista concluyó que contar con una ordenanza clara no solo protege el territorio, también permite desarrollar ciudades seguras, resilientes y sostenibles, cuidando la vida y el entorno natural.
Usos de suelo
Por otra parte para Iván Ullauri, arquitecto y analista en planificación, las normas de planeamiento territorial permiten definir qué usos son permitidos en cada zona, con el fin de proteger áreas agrícolas frente al avance desordenado de la urbanización.
Asimismo, refirió: “Sin una norma clara, los suelos fértiles se convierten en urbanizaciones, lo que afecta la seguridad alimentaria y pone en riesgo medios de vida rurales sostenibles…”.
Para este profesional, el crecimiento urbano no planificado genera asentamientos dispersos y desordenados, lo que encarece y complica la provisión de agua, alcantarillado y energía eléctrica.
Insistió en que la planificación también permite conservar corredores ecológicos y zonas verdes, fundamentales para el equilibrio ambiental y el bienestar de las comunidades.
Para Vintimilla, una ordenanza bien aplicada garantiza ciudades compactas, eficientes y sostenibles, donde se equilibren el desarrollo urbano, la producción agrícola y la conservación ambiental.
Detalle
El colectivo Cuencanos a Paso Firme ha solicitado la derogatoria de tres ordenanzas municipales.
Notas relacionadas: