
La muerte de Ángel Jesús Quillupangui, de 63 años, por un atropello en Cuenca, aviva el análisis sobre las causas de los accidentes de tránsito y la necesidad de una prevención efectiva.
Un vehículo impactó a Quillupangui mientras se encontraba en la vereda, junto a un poste de alumbrado público, en la avenida Paseo de los Cañaris y Hernando León Pulla.
Se conoció que el conductor del vehículo implicado en este fatal accidente dio positivo en la prueba de alcoholemia, realizada por agentes de la Empresa de Movilidad (EMOV EP), del Municipio de Cuenca.
Un video de una cámara de seguridad muestra cómo el vehículo perdió el control y salió de la vía. El cuerpo de Quillupangui terminó expulsado por la fuerza del impacto.
Carmen Quillupangui, su hermana, acudió ayer al Complejo Judicial de Cuenca, junto a otros familiares y amigos, para pedir que el responsable reciba prisión preventiva.
El 7 de mayo de 2025, Mesías Brito, de 38 años, también fue atropellado mientras se encontraba en la vereda, en la avenida España, cerca de la calle Valencia, al norte de Cuenca.
Era oriundo de Sígsig e inicialmente y lo llevaron en estado de gravedad al hospital José Carrasco Arteaga, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). La conductora quedó detenida.
El 16 de junio un vehículo también impactó a Karina Chima e Israel Berrezueta, estudiantes, que caminaban en la vereda del sector de las calles Galápagos y Remigio Tamariz.
Chima falleció a causa del impacto, mientras que Israel resultó gravemente herido. Sus familiares y compañeros exigen justicia y que no haya impunidad en este caso.
Para Juan Cabrera, exsargento de la Policía Nacional e integrante del Servicio de Investigación de Accidentes de Tránsito, la impericia de los conductores es la principal causa de los accidentes en el país.
Cabrera explicó que la impericia es la falta de habilidad, experiencia o conocimiento necesario para conducir con seguridad. Esto incluye maniobras erróneas, mal uso de señales y poca reacción ante imprevistos.
Para reducir estos casos, cree que es necesario fortalecer los procesos de formación y evaluación para obtener licencias, así como promover la educación vial continua y aplicar controles más estrictos.
Para Andrés Calderón, instructor de manejo y director de la escuela de conducción Driving Car, se requiere mayor control por parte de las autoridades responsables del tránsito.
“Por ejemplo, no hay controles efectivos para los carros mal estacionados, lo que también incide en que se presenten accidentes de tránsito, y eso se puede evitar…”, señaló.
Además, el uso del teléfono celular mientras se conduce se ha convertido en una causa creciente de siniestros viales, ya que genera distracción, reduce la atención y retrasa los tiempos de reacción.
Calderón considera que este comportamiento debe ser controlado con mayor rigurosidad, mediante sanciones más firmes, controles en las vías y campañas de concientización sobre el riesgo de usar el celular al manejar. (I)