Asoman los herederos,
A la cabeza los politiqueros,
Tras ellos un presidente
Viajero, mudo y pudiente;
Para ellos dejo un consejo:
El pueblo no es pendejo,
En materia zalamera
El burro les lleva la delantera.
Para mis asambleístas,
Correístas o noboístas;
Alzamanos y malolientes,
Vivarachos e independientes,
Dejo un aguado de perdiz
Para que les críe materia gris;
Con cerdos unos cursos
Y mejoren sus discursos.
No olvidaré a ministros
Saltarines y poco listos;
A los no vi nada de Progen,
A los que con ellos cogen
Plata llevándose en jarra
Para comprar chatarra,
Vuelven y cual avestruz
Dicen: se hizo la luz.
Para ellos un abogado
Os dejo contratado
En las cortes de Florida.
Si bien entre ida y venida
El juicio durará mil años;
Hasta tanto, los ñaños
Sufrirán un patatús,
Y aquí, esperando la luz.
Para el patacaliente,
Que por ser presidente
En Quito se baña,
Se seca en España;
En la Yoni come sopa
Y la descarga en Europa,
Le heredo mil aviones
A diésel y de cartones.
Contra el mal humor
Del bañado de amor;
Que con la Contraloría
Muestra sangre fría,
A sus informes no teme,
Y dice que le valen eme,
A los morlacos
De levas y de sacos
Les dejo pavito
Y melcochas al bravito.
Para el Pavel
La yuca de Rafael;
Para Lloret, el Jota,
Ni pan ni pelota;
Con la Marcela
Ya sin parcela,
No sé a quién más dejo
La ira de ese pendejo.
Toca morir;
No quiero partir
Con un tiro sicario,
Yendo al calvario
Del IESS mortal
Ni al del Vicente Corral.
Morir es mi destino,
Sin suero ni vino… (O)









