‘Mamita’ Calderón cambia los pupos por el indor y estará en el Mundialito de los Pobres 2025

De las canchas profesionales a la duela del Mundialito. Walter Calderón, exgloria del Deportivo Cuenca y querido por la hinchada como la ‘Mamita’, será parte de la edición número 50 del tradicional Mundialito de los Pobres, representando al equipo Don Bosco, finalista en 2024. La justa se inaugura el próximo 11 de julio.
Su retorno a Cuenca, ciudad donde vivió grandes momentos defendiendo la camiseta colorada, representa para él un impulso emocional.
“Llegar a Cuenca siempre es motivador, por todo lo que viví acá”, cuenta Calderón, quien ve en el indor una oportunidad distinta pero no ajena a lo que conoce.
“En el fútbol hay ejercicios que se asemejan a lo que es jugar indor. Esto ayuda para pensar de inmediato y estar atento a la próxima jugada”, comenta, resaltando que las habilidades del fútbol grande se trasladan perfectamente a la cancha chica.
Mamita Calderón asegura que siempre siguió de cerca el Mundialito de los Pobres, incluso cuando aún jugaba en el Deportivo Cuenca.
“Salía de mis descansos y me iba al colegio Febres Cordero, donde se jugaba hasta el 2008. Compartí graderío con Jefferson Pérez”, recuerda con una sonrisa. “Había esa linda disputa por ganar. Algunos preferían ir al Mundialito y nos dejaban sin gente en el estadio”.
Hoy, con más experiencia y una visión formadora, la ‘Mamita, ha consolidado una academia de fútbol que lleva su nombre. Se graduó como entrenador y comparte lo aprendido con nuevas generaciones. “Pongo todo en práctica con mis dirigidos”, señala.
Cariño por el Cuenca
El cariño por el Deportivo Cuenca sigue intacto. Para él, la hinchada colorada es la mejor del país. “Cuando había malos momentos, siempre nos apoyaban. Eso nos hacía más fuertes. Esa exigencia me hizo crecer como jugador”.
Sobre su llegada a Don Bosco, señala que no fue una decisión complicada y esta fue facilitada por una marca auspiciante.
“Es una linda oportunidad, la quiero disfrutar al máximo. Espero que el coliseo esté lleno para poder dar una buena presentación”, afirma.
También recuerda con nostalgia y orgullo la estrella alcanzada en 2004 con el Cuenca. Para él, en ese entonces el grupo fue armado para ganar. A pesar de que hubo problemas, todo lo curaban en la cancha.
“Todos nos unimos con un mismo objetivo. El Cuenca tiene historia y es un honor vestir su camiseta”.
Después de una década, Calderón regresa a la ciudad con el deseo intacto de volver a celebrar un gol, ahora en el torneo de la “pelota chica”. “Extraño mucho la ciudad y a su gente. Espero que el cariño se mantenga. Algún día quiero volver al Alejandro Serrano Aguilar, aunque sea desde las gradas, para alentar al equipo de mis amores”.
Y como en sus mejores épocas, para tener fuerzas en esta nueva etapa, no faltará en su dieta un ingrediente clave: la avena. “Mi familia y mi mamita saben del gusto por esta bebida, y esto me da fuerza para seguir en la cancha”.
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