Manuel Bravo: “Dejamos una base sólida y un legado de respeto por el deportista”

Durante una década, el cuencano Manuel Bravo lideró la Federación Ecuatoriana de Atletismo (FEA), un periodo en el que el país alcanzó medallas olímpicas y mundiales, consolidando a esta disciplina como una de las más exitosas del deporte nacional. Hace unos días dejó el cargo con la satisfacción del deber cumplido y con la convicción de haber sembrado una base sólida para el futuro.
En diálogo con Diario El Mercurio, Bravo hace un balance de su gestión, habla de los desafíos dirigenciales y expresa su confianza en la nueva administración encabezada por el histórico campeón olímpico Jefferson Pérez.
Balance de su gestión
– Se cierra un ciclo de gestión al frente del atletismo ecuatoriano. ¿Con qué sensaciones se despide de la Federación?
Son sentimientos cruzados. Luego de una década de trabajo me voy con la satisfacción del deber cumplido. Cuando empezamos este camino, ser dirigente era un reto enorme.
Tuvimos la fortuna de conformar un gran equipo con personas como Carlos Vele y Andrés Chocho, y con el apoyo de Julio Idrovo, cuando él aún daba sus primeros pasos en el ámbito dirigencial. Gracias a ese trabajo conjunto se lograron medallas olímpicas y mundiales que marcaron una época.
– ¿Siente que quedó algo pendiente?
Siempre hay cosas por mejorar. En el deporte nada está totalmente hecho. Pero creo que el principal desafío está en reformar la Ley del Deporte para que las federaciones tengan más autonomía. Hoy hay una excesiva concentración del poder estatal que limita la gestión y la creatividad institucional.
– ¿Cuál fue la clave para que el atletismo alcanzara reconocimiento mundial durante su administración?
Instalamos procesos de gestión basados en normas ISO, algo inédito en el deporte ecuatoriano. Eso nos permitió ser una de las cuatro mejores federaciones del mundo según World Athletics. Apostamos por la gobernanza, por la transparencia y por respetar los procesos técnicos y de selección.
Eso dio confianza a los entrenadores y deportistas, y los resultados se reflejaron en medallas a nivel sudamericano, panamericano, mundial y olímpico.
Glorias y medallas en el periodo de Manuel Bravo
– ¿Cuántas medallas se consiguieron en este periodo?
Tenemos registradas más de diez medallas mundiales y olímpicas, además de varios logros en Juegos de la Juventud y campeonatos continentales. Entre los nombres más recordados están Alex Quiñónez, Paola Torres, Juleisy Angulo, Glenda Morejón y Daniel Pintado. La marcha, como siempre, ha sido uno de nuestros grandes fuertes.
– ¿Cómo recibe el relevo al frente de la Federación el campeón olímpico Jefferson Pérez?
Con mucha esperanza. Jefferson es el mejor deportista de todos los tiempos en el país y ahora asume un papel dirigencial que estoy seguro sabrá desempeñar. Él mismo ha dicho que se volvió a enamorar del atletismo, y eso es clave. Tiene cuatro años por delante para fortalecer lo construido. Mi deseo es que pueda mejorar los procesos y alcanzar nuevos éxitos. Tiene mi respeto y apoyo total.
– Durante estos años también hubo críticas. ¿Alguna vez pensó en dejar el cargo?
Jamás. Nunca he rehuido los retos. En la dirigencia, como en la vida, no se puede agradar a todos. Pero siempre respondimos con resultados. Como suelo decir, detrás de cada crítica hubo una medalla que la silenció. Hemos sido una Federación de logros, no de excusas.
– ¿Considera que el atletismo ha sido el deporte más exitoso del Ecuador en la última década?
Los resultados hablan por sí solos. Si revisamos los podios olímpicos y mundiales, el atletismo está entre los deportes con mayores logros junto a la halterofilia y la lucha. Lo nuestro tiene un mérito adicional: se logró sin contar con grandes centros deportivos. Aun así, nuestros atletas siempre estuvieron presentes y demostraron su entrega y transparencia en el manejo de los recursos públicos.
– ¿Cuál considera que fue su sello personal en la Federación?
El respeto por el deportista. Siempre planificamos pensando en quiénes serían las próximas figuras y cómo asegurarles continuidad. Dejo un mapa claro para la nueva dirigencia, con proyección de talentos y objetivos definidos. La vara quedó alta, pero ese es precisamente el reto que impulsa el futuro.
Seguirá cerca al atletismo
– ¿Seguirá vinculado al deporte?
Sí, continuaré como vicepresidente del Comité Olímpico Ecuatoriano hasta diciembre. Luego, estaré siempre dispuesto a colaborar desde donde pueda aportar con mi experiencia. Uno sabe que los ciclos se cierran, pero lo importante es dejar huella.
– ¿Cómo empezó su camino dirigencial?
Todo comenzó en Azuay, como miembro y luego presidente de la Asociación de Atletismo. Más tarde fui parte del directorio de Federación Deportiva de Azuay y, finalmente, asumí la Federación Ecuatoriana de Atletismo, primero en funciones subrogantes y luego mediante elección. Nunca imaginé llegar tan lejos, pero lo hice con la convicción de devolver al atletismo todo lo que me dio como deportista.
– ¿Qué viene ahora para Manuel Bravo?
Seguiré ligado al atletismo. Estoy acompañando a mi hijo, que compite en el club Objetivo 42, y colaborando con los jóvenes. Como siempre digo; los cargos son efímeros, pero las personas quedamos.
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