Hace pocas semanas, el histórico marchista y medallista olímpico Jefferson Pérez asumió la presidencia de la Federación Ecuatoriana de Atletismo (FEA). Con la energía y compromiso que siempre lo han caracterizado, el cuencano enfrenta un nuevo reto: encaminar la gestión del atletismo pnacional, una disciplina que ha dado las mayores alegrías al país, pero que hoy atraviesa dificultades económicas.
En diálogo con Diario El Mercurio, Pérez comparte sus primeras impresiones al frente de la FEA, los desafíos inmediatos y la reciente actuación de la selección Sub-20, que logró el tercer lugar por equipos en el Sudamericano realizado en Lima.
¿Cómo asume este nuevo reto al frente de la Federación Ecuatoriana de Atletismo?
Con extrema felicidad por el apoyo que podemos brindar a nuestros deportistas ecuatorianos, pero también con preocupación. Recibimos una Federación con serios retrasos en las transferencias y prácticamente sin recursos. En este momento, por ejemplo, tenemos un grupo que participó en el Sudamericano —último evento clasificatorio a los Juegos Olímpicos de la Juventud—, y debemos decidir qué hacer con apenas 200 dólares en caja.
Aun así, no podemos truncar los sueños de nuestros chicos. Algunos viajaron 21 horas por tierra, y eso me conmueve profundamente. Agradezco al equipo técnico y administrativo, porque, pese a las limitaciones económicas, no tenemos limitantes de sueños. Estoy seguro de que varios atletas lograrán su clasificación a los Juegos.
Ahora del otro lado, ya no como deportista sino como dirigente. ¿Cómo vive esta etapa?
Siempre he sido una persona de acción. No me veo encerrado en un escritorio, sino en el campo, dialogando, escuchando, gestionando. Esta semana, por ejemplo, entre eventos deportivos, reuniones con autoridades nacionales y encuentros con el Comité Olímpico, apenas he tenido tiempo para descansar. Pero me motiva la posibilidad de construir algo grande.
En lo personal, ¿qué significa este reto?
Es emocionante. No sé qué es más intenso: ganar una medalla olímpica o convertirse en un instrumento para que alguien más lo logre. Cuando veo a un Daniel Pintado coronarse campeón, siento que esa emoción es incluso mayor. Ser parte de los sueños de otros es un privilegio enorme.
¿Qué representa dirigir una de las federaciones más exitosas del país?
El desafío es altísimo. El atletismo ha dado al Ecuador sus mayores glorias, y asumir esa responsabilidad me llena de orgullo, pero también de compromiso. Tal vez sea un reto tan grande como ganar una medalla olímpica. Pero, así como en su momento lo logramos gracias al apoyo de muchas instituciones, hoy también podemos salir adelante si se suman la empresa privada, el sector público y los medios de comunicación.
Usted mencionó la situación económica de la FEA. ¿Cómo encontró la institución?
Con retrasos en los pagos y problemas de flujo de efectivo. Sin embargo, debo reconocer que la administración anterior fue transparentei, aunque siempre hay aspectos por mejorar. Mi objetivo es fortalecer los procesos, aplicar una mejora continua y asegurar que los recursos lleguen a donde más se necesitan: los deportistas.
¿Qué se viene ahora para el atletismo ecuatoriano?
Tenemos dos líneas claras de trabajo. La primera, enfocada en lo técnico y deportivo, dirigida por un equipo con amplia experiencia. La segunda, en el ámbito institucional y corporativo: relaciones interinstitucionales, comunicación, imagen, vinculación con empresas y organismos públicos.
Mi tarea será construir esos cimientos para que el rendimiento deportivo tenga una base sólida y sostenible.
Se viene también la inscripción del nuevo directorio ante el COE…
Así es. Esperamos concretarlo en las próximas semanas y mantener una relación fluida con el Ministerio del Deporte y el Comité Olímpico. Lo importante es trabajar en un diálogo de convergencia, con un solo propósito: nuestros deportistas.
Finalmente, ¿la sede de la Federación se mantendrá en Cuenca?
Sí, la matriz seguirá en Cuenca, por razones técnicas y por historia. Sin embargo, queremos implementar un modelo corporativo que nos permita tener presencia también en Quito y en otras provincias. La Federación Ecuatoriana de Atletismo será una institución de puertas abiertas, moderna y cercana a los atletas. (D)












