Tras consagrarse campeón del Ascenso Nacional Femenino, Carneras selló su regreso a la SuperligaFemenina 2026, apenas dos años después de haber descendido en 2023. El director deportivo del club, Edisson Méndez, dialogó con Diario El Mercurio sobre lo que significa este logro histórico, la planificación inmediata, los retos económicos y deportivos, y el impacto del fútbol cuencano a nivel nacional.

—Han pasado algunas horas desde la consagración. ¿Qué sensaciones quedan tras lograr el título y el ascenso?
—Son sentimientos encontrados. Mucha alegría, pero también recuerdos duros. En agosto de 2023 lloramos, sufrimos y nos sentimos frustrados por el descenso. Sin embargo, tuvimos fortaleza mental, resiliencia y el apoyo de mucha gente que estuvo día a día con nosotros. Eso nos permitió levantarnos y luchar por regresar a Carneras al lugar donde se merece estar. El 13 de diciembre de 2025 queda marcado como otra fecha importante en la historia del club.

—Se habla de un hecho poco común a nivel nacional…
—Sí, creemos que somos el primer equipo que desciende y logra regresar por sus propios medios. Hay clubes que no han podido volver y otros que incluso han desaparecido. Esa es la historia de Carneras: llena de retos, dificultades, pero también de trabajo y convicción. Eso hace más grande a la institución y a toda la gente que está detrás de este proyecto.

—¿A quiénes destacar en este proceso?
—Quiero hacer una mención especial a la Universidad Politécnica Salesiana, que sin obligación alguna nos ha brindado espacios y apoyo. Siempre dije “hay que regresar” y hoy eso se convierte en una realidad. La felicidad es total, pero la responsabilidad ahora es mucho más grande.

—¿Ya piensan en la planificación para el 2026?
—Con cabeza fría. Deportivamente la temporada terminó y fue muy exigente, tanto en lo físico como en lo psicológico. Las chicas incluso querían seguir entrenando, pero les dije que disfruten, que descansen. Cerraremos el año con un agradecimiento formal y luego sí empezaremos a planificar, porque hay jugadoras que ya están siendo tentadas por otros clubes.

—¿La prioridad es mantener la base del equipo?
—Totalmente. Lo primero es que continúe José Dávila y lo segundo, que al menos el 90% de la plantilla se mantenga. Sabemos que el tema económico es complicado, pero ofreceremos lo que el club pueda cumplir, como siempre lo hemos hecho, con responsabilidad y transparencia.

—¿Qué significa para Carneras volver a la SuperligaFemenina?
—En lo deportivo es una sensación hermosa, porque nadie nos ha regalado nada, todo lo hemos ganado en la cancha. Administrativamente es un dolor de cabeza. Para competir con tranquilidad necesitamos alrededor de 100 mil dólares. Ya lo hemos hablado con la directiva y empezaremos a gestionar apoyos. El objetivo es consolidarnos y no convertirnos en un equipo “ascensor”.

—Competir con clubes grandes no es sencillo…
—Es muy difícil enfrentar a equipos como Independientedel Valle (Dragonas), Barcelona, Liga o Universidad Católica, que tienen un fuerte respaldo económico. Nosotros no tenemos un equipo masculino detrás que nos abra puertas, pero eso también nos reta a ser creativos y a trabajar mejor. Este reto nos hace crecer.

—¿Dónde jugará Carneras en la Superliga 2026?
—Estamos contra el tiempo. Habrá que hacer algunas mejoras, sobre todo en iluminación. El estadio Valeriano Gavinelli ha sido parte de nuestra historia, de nuestra identidad. Ahí nació el fútbol femenino en Cuenca y queremos seguir manteniendo eso. Ya hubo inspecciones de la FEF y hay aspectos que debemos mejorar para que el escenario sea oficializado.

—¿Existe algún premio económico por ser campeonas del Ascenso?
—No. Solo el trofeo y las medallas. La Federación no entrega un solo centavo por quedar campeón. Incluso en los playoffs, cuando jugábamos de local, pagábamos el arbitraje. Es una realidad que poca gente conoce y que debe decirse.

—¿Continuará como director deportivo?
—Habrá elecciones en el club y habrá que esperar. Más allá de un cargo, siempre voy a seguir ayudando a Carneras. Este club es parte de mi vida, es como una hija consentida. Ahora el reto es armar un equipo competitivo para 2026.

—Finalmente, ¿cómo ve el momento del fútbol cuencano?
—Es un llamado de atención para todos. Cuenca está presente en la Superliga, en la Serie B y en torneos internacionales. Aquí hay talento, tanto en hombres como en mujeres. Solo falta que los entrenadores de selecciones se den el tiempo de venir y observar. Ojalá ahora, por obligación, nos miren. El fútbol cuencano tiene mucho que mostrar.