Ha sido adjudicada la construcción del intercambiador de tráfico en la vía Cuenca-Azogues, junto al hospital José Carrasco Arteaga, del IESS, el lugar de mayor congestionamiento vehicular a lo largo de esa carretera.
Es el punto de conexión entre la ciudad y las parroquias rurales El Valle y Paccha, densamente pobladas, cuyas “fronteras” entre lo urbano y lo rural prácticamente ya no existen.
Solo por la vía a El Valle circulan a diario entre 16.000 y 19.000 vehículos.
Corresponde a la Municipalidad y a la Prefectura elaborar el plan de movilidad alterno, considerando todas las alternativas técnicas posibles.
No se sabe cuándo comenzará a ejecutarse la obra, cuyo financiamiento, contratación y fiscalización corresponde al Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
Pero desde ya el citado plan debe estar en marcha, trabajado, además, con la participación de las Juntas Parroquiales de El Valle y Paccha.
Ha ocurrido a veces lo contrario: comienza una obra vial, pero lo básico como es garantizar la movilidad, demora o no está técnicamente bien elaborada.
Hay otro detalle a tomar en cuenta. La construcción del intercambiador de Monay, como se le denomina, durará dos años, lapso durante el cual, por ejemplo, la vía Monay-Baguanchi quedará suspendida.
Según el presidente de la Junta Parroquial de El Valle, dos alternativas se ejecutan. Han sido puestas a consideración del MTOP a fin de agregarlas al plan alterno.
El crecimiento poblacional de El Valle es indetenible. Por ello, de acuerdo a la dirección de Obras Públicas de la Municipalidad se piensa en una nueva vía. Partiría desde el nuevo distribuidor de tráfico hasta Tierras Coloradas. Será la solución a largo plazo al problema de conectividad con es parroquia, y cuyo trazado provisional ya fue aprobado por el Concejo Cantonal.
Por lo pronto, lo urgente: alistar el plan de movilidad alterno, mientras se construye el distribuidor.