SOS por los neonatos 

Cada semana asoman hechos reveladores, inimaginables, dolorosos además, de cuan descuidada está la salud pública.

Días atrás causó indignación lo ocurrido en el hospital de Macas. El cadáver de un niño fue entregado a sus padres dentro de un cartón.

El hospital no corre con los gastos para comprar ataúdes. Sí, es verdad, pero eso tampoco justificaba aquel procedimiento; y bien se pudo suplir la necesidad mediante una colecta pública o solicitando apoyo económico a terceros. Habría sido lo más correcto; humano, solidario, además.

Pero el viernes anterior, otro hecho insólito volvió a herir la susceptibilidad; a preguntar qué mismo está ocurriendo en el área de la salud, en los hospitales a cargo del ministerio del ramo.

El personal médico del área de neonatología  del hospital regional Vicente Corral Moscoso, en Cuenca, se vio obligado a pedir donaciones urgentes para continuar con el cuidado de los bebés.

Solicitó, de manera urgente, guantes estériles, guantes de manejo, tirillas para glicemia Accuchek Instant.

Clamaron la benevolencia de los “corazones bondadosos”, la de alguna empresa privada.

Si ese material, en apariencia, sencillo pero elemental, no existe en el referido hospital, qué se puede esperar sobre otros de mayor incidencia, ni si se diga de medicamentos.

En algunos casos, son los padres de los neonatos quienes, dependiendo de su situación económica, o hasta “dejando de comer”, deben comprar aquellos implementos. 

No es novedad la falta de medicinas e insumos en los hospitales públicos. Al contrario, persiste semejante negligencia, el abandono del Estado. 

El ministerio de Salud ha sido y es incapaz de asumir su responsabilidad; peor ahora sin titular después de haber visto desfilar a más de cinco ministros, inexpertos, proclives a caer en los enredos burocráticos.

Qué pensará la comunidad internacional al saber aquellos hechos; y el Gobierno, bien gracias. Intolerable. 

REM

REM

REDACCION EL MERCURIO
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