
Si los estadounidenses «vienen con sus máquinas de guerra (…) los recibiremos con plomo» en Venezuela, asegura Pedro Arias, de 62 años, uno de los miles de voluntarios que respondieron al llamado del presidente Nicolás Maduro para adiestrarse ante lo que considera una «amenaza» de Washington.
Maduro pidió en las últimas semanas a la población que se alistara en la Milicia Bolivariana, un cuerpo castrense compuesto por civiles, y llamó a reservistas, milicianos y jóvenes a ir a los cuarteles este sábado para «aprender a disparar» y «defender la patria».
En Fuerte Tiuna, un enorme enclave militar en Caracas, autobuses y automóviles desembarcan voluntarios de toda la capital, en momentos en que Estados Unidos mantiene un despliegue naval en el Caribe para combatir a los cárteles de la droga, que Maduro califica de «amenaza».
Vestidos de civil o con uniformes paramilitares, a veces portan algún símbolo o uniforme perteneciente a su grupo: compañía eléctrica nacional, «motociclistas socialistas», «Grupo de Combate de la Alcaldía de Caracas», administración penitenciaria o televisión pública.
Una jubilada lleva una camiseta de la «Abuela Maravilla»; un anciano con uniforme de camuflaje usa un andador; también hay personas de entre 30 y 40 años con ropa deportiva, al igual que jóvenes.
Victoria, de 16 años; Maikel, de 20; José, de 18; y Miguel, de 17, todos miembros de la organización pro-gobierno «Futuro», dicen que quieren «aprender» para poder «defenderse de los gringos» con «los puños si hace falta».
Desde la explanada monumental, los voluntarios son transportados al campo de tiro. En la entrada, se exhibe un tanque con la leyenda «Independencia o Nada».
«Guerra interna»
Allí, un oficial de alto rango pronuncia un discurso contundente a los recién llegados: «No necesito de viejitos. Necesito gente comprometida, dispuesta a coger el fusil y enfrentar a nuestros enemigos».
«Están aquí para recibir entrenamiento militar. Esta no será una guerra como las guarimbas (protestas callejeras). No serán piedras y pistolas», sino «armas de guerra», enfatiza.
Las manifestaciones tras la controvertida reelección de Maduro en 2024 dejaron alrededor de treinta muertos.
«Los gringos no se van a meter por acá. La guerra es interna, contra un enemigo interno», considera.
El despliegue de fuerzas militares estadounidenses en el Caribe ha intensificado las tensiones con Caracas. Washington acusa a Maduro de dirigir una red de narcotráfico.
El gobernante venezolano ha negado sistemáticamente cualquier conexión con el comercio de drogas, aunque dos sobrinos de su esposa han sido condenados en Nueva York por tráfico de cocaína.
Las autoridades militares no permitieron el acceso de la AFP al campo de entrenamiento y tiro de Fuerte Tiuna, pero sí abrieron sus puertas al famoso Cuartel de la Montaña 4F, mausoleo del fallecido presidente Hugo Chávez. (D)