
El presidente estadounidense Donald Trump mencionó el martes 7 de octubre de 2025 una «posibilidad real» de alcanzar un acuerdo para poner fin a la guerra en Gaza, mientras que Israel conmemoró el segundo aniversario del sangriento ataque de Hamás que el 7 de octubre de 2023 desencadenó el conflicto.
Trump, que presiona para alcanzar un acuerdo, indicó que un «equipo» estadounidense está involucrado en las conversaciones indirectas en curso en Sharm el Sheij, en Egipto, entre negociadores israelíes y del movimiento islamista palestino Hamás.
Estas conversaciones se basan en un plan anunciado el 29 de septiembre por el presidente estadounidense, que prevé un alto el fuego, la liberación de los rehenes secuestrados durante el ataque del 7 de octubre a cambio de prisioneros palestinos, la retirada gradual del ejército israelí de Gaza y el desarme de Hamás.
«Hay una posibilidad real de que podamos hacer algo» con respecto a un acuerdo sobre Gaza, declaró Trump, insistiendo en que Estados Unidos quiere la «liberación de los rehenes inmediatamente».
El principal negociador de Hamás, Jalil Al Hayya, declaró que su grupo «quiere garantías del presidente Trump y de los países patrocinadores de que la guerra terminará de una vez por todas«.
Según el jefe de la diplomacia egipcia, Badr Abdelatty, una delegación encabezada por Steve Witkoff, el enviado de Donald Trump, llegará el miércoles a Egipto.
En una muestra de los intensos esfuerzos por alcanzar resultados, el primer ministro de Catar, Mohamed bin Abdelrahman Al Thani, y el jefe de los servicios de inteligencia de Turquía, Ibrahim Kalin, también se unirán a las conversaciones el miércoles.
Hamás afirmó anteriormente que está tratando de superar «todos los obstáculos» que puedan impedir un acuerdo.
En su respuesta al plan de Trump, el movimiento islamista aceptó liberar a los rehenes, pero exigió el fin de la ofensiva israelí y la retirada total de Israel de Gaza. No mencionó su desarme, punto clave de la propuesta.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo apoyar la propuesta estadounidense, pero subrayó que su ejército permanecería en la mayor parte de Gaza y afirmó que Hamás debía ser desarmado.
– «Para estar con ella» –
Hace exactamente dos años, al término de la festividad judía de Sucot, milicianos del movimiento islamista lanzaron un ataque sorpresa en lo que fue el día más mortífero en Israel desde su creación en 1948.
Protegidos por un diluvio de cohetes disparados desde la Franja, miles de combatientes de Hamás y otras organizaciones palestinas destruyeron la barrera fronteriza con Israel y asaltaron comunidades agrícolas, bases militares y una gigantesca fiesta organizada en el desierto.
El ataque causó la muerte de 1.219 personas, en su mayoría civiles, según un recuento basado en cifras oficiales israelíes. Hamás se llevó a 251 rehenes a Gaza, de los cuales 47 siguen cautivos, incluidos 25 que, según el ejército israelí, han fallecido.
A las 06H29 (03H29 GMT) de este martes, la misma hora a la que Hamás lanzó su ataque en 2023, familiares de los fallecidos en el festival Nova guardaron un minuto de silencio en el lugar por las más de 370 fallecidos allí.
«Estoy aquí para estar con ella, porque es la última vez que estuvo viva, aquí con su prometido, Moshé», también asesinado ese día, dijo a AFP Orit Baron, de 57 años, madre de Yuval Baron, una de las víctimas.
En Tel Aviv, una multitud se congregó en la llamada plaza de los Rehenes -epicentro de la movilización para la liberación de todos los cautivos-, convocada por las familias de las víctimas.
Netanyahu volvió a prometer este martes «el regreso de todos los secuestrados (y) la eliminación del gobierno de Hamás».
– «Todos nos han mentido» –
Por su parte, un alto cargo de Hamás, Fawzi Barhum, calificó la masacre del 7 de octubre de «respuesta histórica a los intentos de erradicar la causa palestina».
La ofensiva israelí en represalia en Gaza ha causado ya al menos 67.160 muertos, en su mayor parte civiles, según las cifras del Ministerio de Salud del gobierno encabezado por Hamás, consideradas fiables por la ONU.
En Gaza, barrios enteros quedaron arrasados, con viviendas, hospitales, escuelas y redes de abastecimiento de agua en ruinas tras la campaña israelí.
Cientos de miles de gazatíes se refugian ahora en campamentos superpoblados y zonas abiertas con escaso acceso a alimentos, agua o saneamiento.
«No sé cuándo va a terminar esta guerra. Mi sueño es que acabe ya mismo, no mañana«, dijo a AFP Abir Abu Said, un palestino de 21 años que perdió a siete miembros de su familia.
«Ya no confío en nadie. Los negociadores israelíes como Hamás, todos nos han mentido. Morimos a cada minuto.»
Investigadores independientes de la ONU acusaron el mes pasado a Israel de cometer un «genocidio» en Gaza, donde la organización también declaró un estado de hambruna. AFP