El anuncio del sismo de magnitud 6.1 que el 21 de octubre se produjo en Arenillas, provincia de El Oro, inmediatamente se convirtió en tendencia en redes sociales en Ecuador y la publicación del Instituto Geofísico sobre los detalles del temblor tuvo más de mil visualizaciones, esto muestra el interés que despierta este tipo de fenómenos, lo que estaría generando una sobredimensión de lo ocurrido.
Mario Ruiz Romero, director del Instituto Geofísico, resaltó que, en Ecuador, contrario a lo que la gente percibe, el número de sismos, en los últimos años, en realidad no se han incrementado, sino que han disminuido.
“Ahora la posibilidad de comunicar es mucho mejor que antes, por las redes sociales, cualquier información de un sismo llega a centenas de miles de personas, pero eso no significa que haya un incremento de la actividad sísmica”, recalcó el experto.
En realidad, se han reducido
Según la data que maneja el Instituto Geofísico, los sismos superiores a la magnitud 4 en Ecuador, hace más 15 años, eran entre 700 y 900 anuales; a partir de entonces se ha producido una reducción y hoy se calcula que, desde el 2011 y hasta el 2024 el promedio es de 220 sismos por año.
Pero, desde el 2017 el número de sismos ha sido todavía menor al promedio anual, en este año solo se registraron 92 temblores de magnitud superior a 4; en el 2018 el número bajó a 81, en 2019 a 59, en 2020 a 61, en 2021 a 62, en 2022 a 64, en 2023 a 43 y en 2024 a 60.
Ausencia de sismos fuertes
En lo que va del 2025 se han registrado en el país 59 sismos de una magnitud superior a 4; de estos, 8 fueron de magnitud entre 5 y 6; y, uno, el del 21 de octubre, superó la magnitud 6.
“La sismicidad en los últimos años, comparada con años ha anteriores ha sido relativamente baja, es una percepción de los ciudadanos, que ahora están más informados, el pesar que Ecuador está temblando más”, afirmó el director del Geofísico.
El experto recalcó que en los últimos años la actividad sísmica ha permanecido en niveles normales, principalmente porque no se han producido sismos muy grandes y que sean superficiales, como el de abril del 2016, que son capaces de generar muchas réplicas y elevar el número anual de sismos.
Por ejemplo el sismo del 21 de octubre, al ser profundo, solo provocó una réplica.
¿Dónde tiembla más en Ecuador?
Según el mapa de sismicidad de la Instituto Geofísico, las zonas más propensas a tener sismos de magnitud importante en Ecuador están en la Costa, principalmente en la parte norte: Esmeraldas, Manabí y Guayas.
Esto ocurre, según explicó Mario Ruiz Romero, por el ingreso en el continente de la placa de Nazca (oceánica), este desplazamiento es más superficial en la parte norte del país, por lo que los sismos causan más daño; y, más profundo en el sur, por lo que el sismo del 21 de octubre, que se produjo por este fenómeno, no causó mayor daño.
Por el mismo movimiento de las placas oceánica y continental, otras zonas del país tienen una alta posibilidad de presentar sismos, están ubicadas en las provincias Morona Santiago, Pastaza y Zamora Chinchipe.
En cuanto a los sismos que se producen por fallas tectónicas, prácticamente todo el país es propenso a este tipo de fenómenos; estos temblores suelen ser más fuertes y causan más daños, porque son más superficiales.
En Ecuador los sismos de mayor magnitud han sido los de Esmeraldas (1906), de 8.8, que incluyó un tsunami; de Riobamba (1797), de 8.6, que destruyó completamente la ciudad; y de Manabí (16 de abril del 2016), de magnitud 7,8, que dejó 673 personas fallecidas.
Un sismo atípico
El sismo que se produjo en Arenillas el 21 de octubre del 2021 alcanzó una magnitud de 6.1; que es superior a la magnitud 6 que tuvo el terremoto de Afganistán del 31 de agosto del 2025; pero, el primero no dejó víctimas, ni daños materiales; mientras que el segundo dejó 800 fallecidos.
El director del Geofísico explicó para que un sismo cause daño debe cumplir cuatro factores: la magnitud, de 5 para arriba; la distancia epicentral (distancia entre el foco y el sitio a donde llega), si está lejos, la capacidad de generar daños es menor.
El tercer factor es la profundidad, si es superficial, un sismo de magnitud 5 puede causar daños, pero, si es profundo, las ondas se atenúan; el cuarto factor son las frecuencias que tienen las ondas, que pueden coincidir con la frecuencia con la que vibran los suelos, ahí las ondas se amplifican.
En el caso del sismo de Arenillas, la magnitud, superior a 6, lo cataloga como un sismo fuerte; además, se produjo cerca de las zonas pobladas; pero, la profundidad, a 81 kilómetros, provocó que su fuerza se disipe y no causó daño.



