Hace 75 años, Gonzalo Gómez y Luz Saldaña se conocieron en las fiestas religiosas en honor al patrono San Pedro, en la parroquia Sayausí. Bastó un cruce de miradas y unas cuantas palabras para que naciera el amor. Poco tiempo después llegaron al altar para sellar ese sentimiento que hasta hoy permanece intacto y se ha convertido en un ejemplo de vida.
El pasado sábado, en la capilla antigua de la iglesia Virgen de Bronce, al sur de la ciudad, celebraron su aniversario. Más de un centenar de integrantes de la familia -entre hijos, nietos, bisnietos y tataranietos- se reunieron para compartir un emotivo encuentro, lleno de gratitud y cariño hacia los protagonistas de esta historia.
En un vehículo Chevrolet Grand Vitara de color plomo, conducido por uno de sus diez hijos vivos, la pareja llegó a la capilla para participar de la celebración eucarística en su honor, presidida por el padre Pablo Mogrovejo, párroco del lugar. Allí los esperaban con entusiasmo el resto de familiares, ansiosos por verlos, escucharlos y expresarles su cariño.
Gonzalo, de 95 años, lucía un traje oscuro acompañado con una camisa blanca y corbata, apoyándose en un bastón para caminar. A su lado, su esposa Luz, de 92 años, llevaba puesto un atuendo en tono pastel, complementado con una bufanda con matices morados.
Bajaron juntos del vehículo, tomados de la mano, como evocando aquellos años de juventud en los que recorrían la ciudad entera mostrando con orgullo su amor. Ingresaron al templo de la mano de dos de sus hijos y se dirigieron hacia el altar para ocupar dos sillas especiales de color rojo similares a las que se utilizan en las ceremonias de matrimonio.
Los esposos escuchaban emocionados cada palabra y muestra de afecto. El sacerdote los felicitó por mantener viva la llama del amor, ya que en los tiempos actuales los matrimonios duran pocos años debido a distintas circunstancias como la falta de comprensión, respeto y tolerancia.
Durante la ceremonia, los hijos y demás familiares exclamaban frases como “Viva los novios”. Muchos no pudieron contener las lágrimas al ver a sus pilares celebrando más de siete décadas de amor.
Las claves de su amor
A pesar de su edad, Gonzalo, originario de Baños, se mantiene lúcido, conserva el buen humor y no pierde la ocasión para bromear con todos. Recuerda cada etapa de su vida, en la que su esposa Luz y sus hijos han sido su mayor fortaleza. Dedicó más de tres décadas de trabajo al desaparecido Banco del Azuay, siempre con el apoyo de su familia.
Cuenta que se enamoró de Luz por su belleza, por la sencillez con la que afronta la vida y por la sinceridad de sus palabras. A ello se suma la compañía y el cariño incondicional que ella le ha brindado para superar cada adversidad.
En cambio, Luz, nacida en Sayausí, se dedicó de lleno al hogar, al cuidado de sus hijos y ser el pilar de su esposo. Con sus concejos y ejemplo ha sabido guiar a cada integrante de la familia para que consiga sus metas.
Ella se enamoró de Gonzalo por su elocuencia, elegancia y educación. No necesitó muchos años para reconocer que él era el hombre de su vida, con quien deseaba compartir cada día hasta que Dios disponga lo contrario.
La pareja ha conseguido todo lo que se ha propuesto. Las claves para mantenerse juntos son el amor sincero con la bendición de Dios y rodeados del cariño de sus seres queridos. -(I)
DETALLES
– Gonzalo cumplirá en diciembre 96 años. En cambio, Luz en octubre celebrará 93 años.
– La familia festejó el aniversario de la pareja el pasado sábado, en la iglesia Virgen de Bronce.
– Gonzalo y Luz tienen diez hijos vivos, cinco hombres y cinco mujeres. Además, de nietos, bisnietos y taranietos.
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