Un cirujano y una anestesióloga fueron sentenciados en Quito por homicidio culposo a un año de prisión. Además, cada uno deberá pagar 12.500 dólares como medida de reparación.
A ambos, identificados como Byron Hernán S. A. y María Victoria I. A., los encontraron culpables de la muerte de un ciudadano en una clínica ubicada en el centro norte de la capital.
El ciudadano ingresó a esa casa de salud para practicarse una lipoescultura de brazos y tórax. Un procedimiento médico mal ejecutado hizo que no saliera con vida de ese lugar.
En la etapa de juzgamiento se presentaron las pruebas necesarias que demostraron la responsabilidad de ambos en el delito de homicidio culposo por mala práctica profesional.
Durante la práctica de pruebas en el caso se presentó el testimonio del médico legista que practicó la autopsia. El experto concluyó que el hombre, de 36 años, sufrió muerte cerebral derivada de una mala práctica.
Explicó que las acciones médicas llevadas a cabo por los procesados fueron “ilegítimas, innecesarias y peligrosas, al no constar en protocolos ni guías de actuación médica”, lo que provocó el deceso del paciente.
El informe del médico legista detalló que la muerte estuvo directamente relacionada con la liposucción, pues se evidenciaron laceraciones en el músculo torácico que causaron traumatismos en los vasos sanguíneos.
El perito agregó que los procesados incurrieron en inobservancia de los estándares de cuidado, pues esperaron dos horas y media para trasladar al paciente a una casa de salud de primer nivel para que reciba atención especializada.
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