Unidas por la universalidad de su sentir, música y danza evocan sentimientos y propuestas. La danza desafía las barreras del idioma, los límites territoriales y el contento generacional. Si bien en su diversidad de géneros se define por un ritmo y movimientos particulares, su apreciación y comprensión es bien aceptada por el público general sin importar el lugar, un teatro o la calle, danza clásica o moderna, una coreografía folclórica o un hip hop. El movimiento corporal es el que se siente internamente y se libera hacia el exterior.
No siempre fue la danza un espectáculo como lo concebimos hoy. Es más, la idea actual sobre para qué sirve la danza, carece aún de completa valoración profesional. Los salones cortesanos tenían sus veladas de baile para el disfrute de los asistentes, pero el resultado permitía la continuidad de la sociedad en sí. Las danzas grupales que ocurren a nivel de comunidades indígenas, entre paredes de una discoteca, o los salones victorianos con coreografías marcadas, muchas veces han sido la antesala a la existencia de un nuevo grupo de amigos, de una pareja, o de un acto de convivencia y unidad para las personas involucradas. Así, podemos reconocer entonces que la danza no es solo entretenimiento, sino un vínculo de mantenimiento de la sociedad. Estas etapas que ligeramente se mencionan, evolucionan con los años y ponen en evidencia la necesidad de gestionar a la danza con profesionalismo por ser un servicio a la sociedad.
Desde otros ámbitos de análisis, la danza trae beneficios físicos y emocionales. Hace parte de los derechos culturales. Es deseable porque está limitada en el tiempo. Un ballet grabado se pasa en un canal de televisión, pero esto involucra otras tecnologías y arte audiovisual para permanecer en la cinta o el chip de grabación. La danza que se presencia, inicia con la salida de bailarines moviendo sus cuerpos, pero concluye cuando ellos se retiran. Y esa exposición, es única, irrepetible. La precisión del centímetro sobre el cual una bailarina pisó el escenario, cambiará en la siguiente presentación. Los dedos que bajan sutilmente en el Lago de los Cisnes, muestran esa expresión viva de la danza que no se redunda con exactitud. Deléitese con la danza, pero sobre todo valórela mucho y celébrela, su día fue el 29 de abril. (O)