Con frecuencia solemos olvidar que las desgracias, las cosas malas, no sólo les pasan a “los otros”, también a nosotros, porque para “los otros” nosotros somos “los otros”. Parece un trabalenguas, pero es la vida misma. Hace muchos años aprendí, que frente a las adversidades no debemos cuestionar ¿por qué a mí? sino ¿para qué?, …






