A partir de ciertas vivencias nuestra sensibilidad cobra mayor fuerza, intenta retomar relaciones olvidadas y añora alcanzar la paz interior. Sin embargo, la manera más viable de conseguir lo anterior es hacer algo que nos cuesta trabajo: perdonar. Y nuestro ego, por supuesto, se rehúsa. Lo paradójico es que cuando tenemos rencor contra alguien, solemos …








