Considerada en los mejores tiempos, tiempos que no volverán, como la “diosa del Olimpo”, a la que nadie debía tocarla, de palabra o mediante insinuaciones o imaginaciones lascivas se sobreentiende, Marcela ha resuelto abandonar el redil, aquel redil que ayudó a levantar en épocas doradas cuando el barril del petróleo manaba abundante, era vendido a …








