Salir de Cuenca, Ecuador, rumbo al norte del Perú es adentrarse en un viaje que cambia de paisaje y de ritmo a cada tramo. La sierra queda atrás: los valles se abren, las montañas se difuminan y el aire cálido empieza a anunciar que la costa está cerca. El recorrido prepara los sentidos, arenas suaves, olas constantes y un ritmo tranquilo que invita a dejar la rutina de lado. Cada parada es una oportunidad para vivir el mar de manera …











