En la democracia el referente fundamental es la ética política que implica ejercer el poder desde el interés superior del bien común. La satrapía es su antítesis.
El 13 de abril elegimos presidente de la República: Daniel Noboa o Luisa González.
Noboa, más allá de las falencias, tiene el aval de consolidar la democracia en el estado de derecho, cuyo prisma esencial es la libertad responsablemente ejercida. Cada quien, en solidaridad, responde por el bien común, aportando y generando trabajo, inversión productiva con la fortaleza de la iniciativa privada en el contexto de la economía social de mercado. Noboa garantiza la seguridad jurídica con la vigencia de los derechos humanos y el cumplimiento de los deberes correspondientes, lo que exige combatir al crimen organizado y al delito. Desde el ángulo de la geopolítica, el mundo, amplio y diverso, con visión humanista y democrática es su horizonte natural y, al ser el dólar la moneda oficial, preserva la estabilidad conseguida, aunando esfuerzos por el desarrollo integral.
Los hechos hablan por sí mismo.
En el otro escenario el culto al caudillo es su prisma, recordemos la adhesión y el silencio de González ante Correa y la dictadura de Maduro. En la historia, Stalin y Mao son los referentes de la tendencia absolutista y que con Hitler y Mussolini completan el cuadro de regímenes de terror, así las cosas, resulta igual el sistema totalitario de los nazis o los regímenes socialistas que hacen del estado una fallida bolsa de empleo para someter a millones de personas con la expedición de tarjetas de consumo al estilo del chavismo, es la vía de la inflación y de la moneda paralela como el ecua dólar, y que a la final causan la emigración masiva a los países que tanto abominan y que son los que dan acogida a esos millones de personas. Cruel realidad es la de las tiranías.
Nuestra es la decisión. (O)