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Día Mundial de la Salud Mental: datos que nos invitan a reflexionar

Cerca de 1.000 millones de personas en el mundo tienen algún tipo de  trastorno mental

Este 10 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha dedicada a generar conciencia sobre un tema que afecta a millones de personas en todo el mundo. Actualmente, cerca de 1.000 millones de personas padecen algún trastorno mental. De hecho, uno de cada siete niños y adolescentes entre los 10 y 19 años enfrenta este tipo de condiciones, siendo los más comunes la ansiedad, la depresión y los trastornos del comportamiento, según un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud.

La salud mental como derecho universal es un complemento fundamental para el personal que permite un mejor desarrollo de habilidades como afrontar el estrés, trabajar de manera productiva, contribuir a la comunidad y hasta identificar cómo funciona la inteligencia emocional. No obstante, no debe entenderse únicamente como la ausencia de trastornos mentales, sino como un proceso complejo y dinámico que cada individuo vive de manera distinta, con diversos grados de dificultad y resultados tanto sociales como clínicos.

Entre las principales afecciones se encuentran los trastornos mentales y las discapacidades psicosociales, asociados a altos niveles de angustia, limitaciones funcionales y riesgo de conductas autolesivas como lo son la depresión, el trastorno bipolar, trastorno postraumático, entre otros. Además, factores individuales, familiares, ambientales y estructurales, como la pobreza, la violencia, las expectativas sociales, las discapacidades o las desigualdades, pueden afectar significativamente el bienestar mental. Por ello, la concientización, la prevención y la atención integral resultan esenciales para construir sociedades más saludables y equitativas.

Los informes de la Organización Mundial de la Salud muestran que las mujeres se ven desproporcionadamente afectadas por trastornos como la depresión y la ansiedad. Se estima que entre el 20 y 40 % de las mujeres en países en desarrollo experimentan depresión durante el embarazo o el posparto. Estos trastornos, siendo los más comunes en todas las edades, géneros y niveles socioeconómicos, son la segunda causa de discapacidad prolongada, reducen los años de vida saludable y generan altos costos médicos y económicos. Solo la depresión y la ansiedad le cuestan a la economía mundial alrededor de un billón de dólares al año.

En Ecuador, el 33,4 % de los años de vida perdidos por discapacidad están relacionados con problemas de salud mental: 8,3 % por depresión, 5,2 % por ansiedad, 1,6% por esquizofrenia, 1,5 % por suicidio y trastorno bipolar, y 0,9 % por consumo de alcohol. El suicidio, estrechamente vinculado a la depresión y a los trastornos por consumo de alcohol, continúa siendo una de las consecuencias más devastadoras por su impacto en las familias, comunidades e incluso a nivel país. En 2024 se registraron 1.201 casos en el país, con mayor incidencia en adultos mayores, seguidos por jóvenes y adolescentes. Los hombres representan el 78 % de los casos, cifra que se replica a nivel región.

El estigma y los prejuicios que persisten en torno a las afecciones mentales representan una barrera significativa para su tratamiento. Esto se traduce en una menor utilización de los servicios de salud, especialmente entre los hombres, quienes suelen mostrarse más reacios a buscar ayuda. En la región, el gasto público en salud mental apenas alcanza el 2 % del presupuesto total de salud, y más del 60 % de estos recursos se concentran en hospitales psiquiátricos. Aunque la telemedicina ha ampliado la oferta, su acceso aún es desigual.

Por ello, es fundamental reconocer, abordar y reducir el estigma asociado a las enfermedades mentales, entendiendo que el bienestar físico, mental y social está profundamente interconectado y es clave para una vida plena. Es necesario avanzar hacia modelos de atención primaria que vayan más allá de los hospitales psiquiátricos, promulgar leyes basadas en los derechos humanos y aumentar progresivamente la inversión pública en salud mental.

Existen avances alentadores: más del 80 % de los países ya incluye apoyo psicosocial en su respuesta ante emergencias, frente al 39 % en 2020. Ecuador cuenta con 556 Servicios Ambulatorios, 70 Servicios Ambulatorios Intensivos (SAI), 112 Unidades de Salud Mental Hospitalaria, 10 Centros Especializados para el Tratamiento de Alcohol y otras Drogas (CETAD), un Centro Especializado Ambulatorio y un Hospital Especializado en Salud Mental.


No obstante, aún queda mucho por hacer. Se requiere fortalecer las políticas basadas en evidencia, consolidar sistemas de información y seguimiento, y promover la colaboración intersectorial para atender los determinantes sociales de la salud mental. Solo así será posible reducir riesgos, generar resiliencia y garantizar la plena participación social de las personas con trastornos mentales.

Si conoces a alguien que esté atravesando dificultades emocionales o tú mismo necesitas apoyo con tu salud mental, recuerda que el Ministerio de Salud Pública (MSP) ofrece servicios gratuitos en Ecuador. Puedes acceder a consultas psicológicas y psiquiátricas en los centros de salud con tu cédula, o llamar al 171 opción 1 para agendar una cita. En casos de crisis emocional severa, está disponible la opción 6 del mismo número para recibir primeros auxilios psicológicos. No estás solo, hay ayuda disponible.

CMV

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.