¿Nuevos hábitos?

EDITORIAL|

Los cambios de comportamiento general en la vida humana se dan de manera permanente a un ritmo razonable por innovaciones de diversa índole como las innovaciones tecnológicas. En situaciones fuera de lo común que alteran las pautas de conducta de la colectividad, aparecen problemas para cuya solución hay que buscar nuevas maneras de actuar. Al margen del éxito que se logre, los seres humanos tratamos de mejorar las condiciones de vida en el ordenamiento rutinario al que estamos adaptados y el ritmo del cambio es más lento por la tendencia a aplicar las costumbres a la que nos hemos acoplado que simplifican los esfuerzos.

La pandemia a la que hacemos frente en la mayor parte del mundo, han introducido cambios en el comportamiento al que estamos habituados al alterar los trabajos y estudios ante la obligación de permanecer en casa todo el tiempo. Más allá de los serios problemas en el campo económico, cuyas consecuencias las debemos afrontar en el futuro cercano, nos hemos visto obligados a modificar los quehaceres comunes en la satisfacción de necesidades básicas, ya que estas restricciones se han prolongado por mayor tiempo sin que tengamos ideas claras sobre su duración, lo que conlleva la alteración de hábitos que nos proporcionan comodidad en la vida cotidiana.

Con pesimismo se destacan las molestias a las que nos vemos forzados y anhelamos la pronta finalización de esta situación irregular. De las crisis negativas pueden surgir cambios satisfactorios. Nos hemos visto obligados a introducir nuevos hábitos en la vida común como recurrir, a gusto o disgusto, a solucionar problemas como la compra recurriendo a las entregas que, creemos, han demostrado eficiencia, como también a dar especial importancia a problemas del hogar. ¿Retornaremos totalmente al comportamiento tradicional cuando termine la pandemia? Es posible que parte de los nuevos hábitos se mantengan.