Nuevos casos de corrupción

EDITORIAL |

Cuando todavía la opinión ciudadana no se ha repuesto de la serie de casos de corrupción, relacionados con la compra de medicamentos e insumos con motivo de la pandemia, recientemente se reveló un presunto timo, ocasionado por la colocación de recursos de los fondos para los pensionistas de la Policía Nacional, a través del respectivo Instituto encargado de manejar dichos montos.

De acuerdo a estas denuncias, al parecer se tomaron considerables cantidades de tales recursos, por el orden de decenas de millones de dólares para, supuestamente, negociarlos en bonos nacionales, pero su adquisición se la habría realizado, no al Estado, titular de esos bonos, sino a personas particulares, que recientemente no han cancelado sus obligaciones para con el fondo policial, de allí que se establezcan claros indicios de una multimillonaria estafa, a costa de los recursos de la Institución Policial y, de hecho, en contra de los intereses de los actuales y futuros jubilados de la misma.

Es inquietante el hecho de que, en estas supuestas operaciones financieras, los organismos correspondientes de control no hayan entrado en sospecha acerca de aquellos ciudadanos, que, sin mayores antecedentes como negociadores de bonos, hayan recibido tales sumas de dinero, sin las respectivas medidas de rigor que se deben estipular en la venta de títulos de crédito.

Si bien en medios policiales, se ha indicado que con este perjuicio no peligraría el fondo de pensiones de la Policía Nacional, el hecho, sin embargo, amerita una investigación a fondo, no solo respecto a los recursos de inversión del fondo policial para pensiones, sino de otros, incluido por su puesto el IESS y el BIESS, ya que se trata de recursos que no merecen ser manejados al arbitrio de personas que, eventualmente, quisieran perjudicar a estos fondos mediante operaciones que caerían en el plano de la estafa. Es deber de los organismos encargados de la supervisión en el manejo de tales recursos, extremar las precauciones que sean necesarias para que la corrupción con sus múltiples tentáculos no haga presa de esos fondos. (O)