Sociedad líquida

Mihaela Badin

Vivimos en una sociedad líquida y carente de compromiso alguno, que cree más conveniente que hoy tengan más cabida cantidad de personas bajo los seudónimos de ‘influencers’ o ‘referentes’, en vez de centrar sus objetivos en personas que pudieran representar algo para un amplio conjunto de la sociedad. Sin duda, las nuevas tecnologías han desplegado nuevas formas de relacionarnos, de vivir y de buscarnos la vida.

Resulta insólito para las generaciones de mayores y no tan mayores lo que brinda Youtube en multitud de aspectos, de formación, culturales, de aprendizaje, de asesoramiento, de ganar dinero, de ocio… Un universo en el sentido más amplio de la palabra, donde encuentras desde clases de Matemáticas o Antropología a tutoriales de guitarra y pasatiempos.

Allí, unos hacen negocio y otros simplemente ofrecen su conocimiento por poco o nada. Curiosamente, entre los que aportan poco se ha desarrollado una línea de negocio que les está produciendo enormes beneficios. En este grupo están los que se califican como influencers’: humanos virtuales sonrientes después de dos horas preparando una foto para que creas que esa es su vida.

Se habla desde hace tiempo de la sociedad líquida. Zygmunt Bauman señala que se trata una sociedad sin principios, muy fluida y volátil, sin valores sólidos debido a la incertidumbre por la vertiginosa rapidez de los cambios, que ha debilitado los vínculos humanos.  Me da que se ha quedado corto el famoso sociólogo: parece más gaseosa que líquida.

No es casualidad. La humanidad hace tiempo que confunde el progreso con los atajos; prefiere llegar pronto y mal, a ser constante y conseguir algo positivo a largo plazo, y que resulte más significativo. Pero esto es algo muy curioso. Quien más, quien menos, sabe la realidad que se esconde detrás de un ‘influencer’. Una vida de mentira y programada, repleta de “falso éxito y felicidad por los cuatro costados”. Afirmo que resulta curioso porque, aún a sabiendas que es así, a algunos “se les cae la baba” imaginando algún día poder formar parte de esa experiencia de vida.