Código soberanía alimentaria

Carlos Castro Riera

Un grupo de asambleístas liderados por Salvador Quishpe está promoviendo la elaboración de un Código Orgánico de Soberanía Alimentaria que cuenta con el apoyo de grupos vinculados a la investigación agraria, la agricultura familiar campesina, organizaciones de productores y la asesoría multidisciplinaria en la que se incluye el soporte jurídico.

La Constitución vigente contiene un capítulo sobre la soberanía alimentaria cuyo proyecto inicial fue recortado en la Asamblea Constituyente de Montecristi por agentes del gobierno, como también lo fue el proyecto original de la actual Ley Orgánica del Régimen de Soberanía Alimentaria (2009) que con sus reformas (2010), se contiene en 35 artículos declarativos de derechos, principios, políticas públicas, es decir buenas intenciones, sin eficacia.

El nuevo proyecto pretende una visión integral de la soberanía alimentaria ya que el derecho a la alimentación concebido como el acceso seguro y permanente a alimentos sanos, suficientes, nutritivos y pertinentes a la cultura, está íntimamente vinculado a los derechos al agua, ambiente sano, salud y educación.

Sobra señalar la importancia y necesidad de contar con un Código de Soberanía Alimentaria en circunstancias en que, a nivel mundial a pesar de la masiva producción de alimentos, sin embargo, según la ONU más de 155 millones de personas se encuentran en inseguridad alimentaria aguda o en situaciones peores. En el país existe retroceso en seguridad y soberanía alimentaria y una alarmante desnutrición infantil, todo agravado por la pandemia.

En este contexto hay que lograr un Código con mandatos eficaces, que contemple la diversidad de la realidad nacional, incluya un régimen institucional que funcione, fomente la agricultura familiar campesina y de pequeños y medianos productores, la producción de origen acuícola, pesquero y agroindustrial, con respeto a ecosistemas frágiles, áreas de protección y un enfoque de agrobiodiversidad, sanidad animal y vegetal pertinente, seguridad de la biotecnología, establezca redes de almacenamiento y comercialización, asistencia técnica y crediticia, investigación agropecuaria y un sistema de calidad alimenticia y nutrición infantil. Allí esta un reto para toda la sociedad sin dogma ni sectarismo. (O)