Las lecciones de Carapaz

Las expresiones del ciclista Richard Carapaz, tras conseguir la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Japón 2021, reviven la realidad del deporte ecuatoriano.

Nada más decir que su triunfo le pertenece, que no recibió mayor apoyo del Estado, que el país no creyó en él, que tuvo que recurrir a ayudas extras, dieron lugar a variopintas reacciones, sobre todo de quienes, desde los puestos directivos, manejan del deporte.

Vale recordar que, como muchos otros deportistas que en varias disciplinas llenaron de orgullo a Ecuador, Carapaz surge de los estratos sociales pobres, de una provincia relegada por los poderes centrales; se forjó merced a su propio esfuerzo y se ha sobrepuesto a toda adversidad.

Su largo recorrido así lo demuestra. Relegado, castigado, entrenando en otra provincia, luego en otro país, dio el gran salto hasta ingresar a ese espacio solamente reservado para los grandes, para los que logran hazañas inmortales: el oro olímpico.

Conseguir semejante proeza, a más de sacarle lágrimas por la emoción, contenidas durante el sobrehumano esfuerzo en la ruta y de dejar atrás a poderosos rivales, hizo que diga lo que tenía muy dentro de él.

Pero Carapaz, no ha dicho nada que no se sepa de cómo se maneja el deporte, más que nada el de alta competencia.

El caso de las “maletas viajeras” es poco ante la falta de políticas orientadas al fomento del deporte, ante el escaso presupuesto para este mismo fin, ante la burocratización e improvisación de los entes deportivos, su manejo politiquero, corrupto, centralista, tacaño, asistencialista, regionalista y hasta elitista.

Hay un Ministerio y una ley del Deporte que, incluso sobre las pocas buenas intenciones, quedan debiendo; pues, han anquilosado a los entes federativos provinciales, que hasta deben mendigarles los sueldos, y persisten dirigentes con oscuros intereses.

Que las expresiones de Carapaz sean un golpe para enderezar las cosas desde el gobierno y que cada cual las rumee según sus culpas.

Al gran campeón, claro que le pertenece la medalla de oro; pero, su gesta enorgullece a todo el país, precisamente, porque él demuestra que sí somos capaces.