Proyecto Soldados-Yanuncay

La construcción del proyecto hidroeléctrico Soldados-Yanuncay, localizado entre Baños y San Joaquín, parroquias rurales del cantón Cuenca, es incierta.

Ni bien comenzaron las fases de prefactibilidad y factibilidad; luego el diseño y demás pasos de carácter técnico e hidrológico, surgió la oposición.

Según Elecaustro, a cuyo cargo está la ejecución de la obra, el proyecto ha sido ampliamente explicado e informado, sobre todo, en materia de impactos ambientales, económicos y sociales, entre todas las comunidades involucradas en su área de influencia.

Pero eso no ha sido suficiente. A lo mejor ni lo será, cuando priman la intransigencia, los prejuicios, bajo el paraguas del activismo a ultranza, cerrado y manipulador, ahora tan de moda en el país.

Toda obra, sin importar su magnitud, tiene su impacto ambiental. Y, de hecho, la ejecución del mentado proyecto lo tendrá. Pero las ingenierías civil y ambiental, y otras ramas del saber han desarrollado metodologías para hacer mínimos tales impactos.

Una correcta fiscalización, las tan pregonadas “veedurías sociales”, más la aplicación de normas legales, permitirían un proceso constructivo y post constructivo ajustado a los diseños definitivos, comenzando por garantizar el caudal ecológico del río Yanuncay.

Pero esas y otras garantías, al parecer no son razones suficientes para salir del empantanamiento. Más bien crece la oposición, incluso con acciones beligerantes.

El Soldados-Yanuncay abastecería de energía a dos grandes proyectos mineros a gran escala. Esta es una de las tesis de los opositores.

Bien haría Elecaustro en transparentar información sobre esa posibilidad, si bien un servicio público, como es el de la energía, es vendible a quien lo solicite.

Claro, aquellos proyectos mineros a cuya ejecución también se oponen aquellos mismos sectores aún son una incógnita. Uno, incluso, es objeto de demanda en contra del Estado.

De una vez Elecaustro -léase, el gobierno-, debe sentarse con esos sectores y transparentarse de parte y parte, y tomar decisiones en firme. No cabe seguir esperando más.