¿Impuesto a las ganancias?

Bladimir Proaño

El camino natural hacia donde se orienta nuestro sistema bancario (y cooperativo) es el inyectar mayor flujo de capital en el mercado para que la economía fluya, y genere nuevos empleos y oportunidades con esa liquidez en manos de empresas y familias. Por lo tanto, nuestro modelo de banca privada no depende mucho de la gestión de liquidez, no tratan de acumular mucho efectivo para luego invertir en productos financieros “ocultos”, más bien el perfil de nuestra banca es más comercial que de inversión, pero la subida de los tipos también le es beneficiosa porque el spread bancario se amplía. Así, a octubre de 2022, los depósitos totales en la banca alcanzaron los USD 41.971 millones, un 6,6 % más que en 2021, destacando que los depósitos a plazo, que se corresponden con un mayor costo, representan el mayor componente (14,9 %) frente a los de ahorro (3.1 %) y los monetarios (-2.1 %) estos últimos incluso sin costo, que lo traspasan a la tasa de colocación haciendo que la banca mantenga su buena ráfaga de crecimiento y altas ganancias.

Los buenos resultados de esta industria, también se están evidenciado en países como España, pero a diferencia, allá el regulador está discutiendo la fijación de un impuesto a las ganancias “extraordinarias” derivadas de los mayores tipos de interés producto de la inflación que están atravesando. En el caso nuestro, las tasas activas máximas son altas se ubican en un rango que va del 8,86 % para el sector corporativo hasta el 28,23 % del microcrédito minorista, con estos altos costos financieros y la composición del destino del crédito que se mantienes estable desde 2019, 60 % se destina a la producción y 40 % al consumo, el margen financiero sigue siendo elevado, no grabado; y por lo tanto, acrecentando las ganancias de la industria (USD 291 millones hasta junio 2022), pero con un firme compromiso de fortalecer los patrimonios, ya que, ante eventos como lo vivido en la pandemia, el fortalecimiento patrimonial les permitió ayudar con la reestructuración, refinanciación y novación de deudas a sus clientes que tuvieron y tienen problemas de pago por prestamos adquiridos. (O)