Alfonso María Yunga Villa considera que siempre ha sido un hombre con visión.
Tiene 72 años, hace cuatro décadas trabajaba en el hoy desaparecido Centro de Reconversión Económica del Azuay (CREA), era artesano y desde pequeño había estudiado la zapatería, un oficio en el que decidió poner en práctica todo lo que había aprendido. Esto le permitió descubrir que el nicho de botas de seguridad para el trabajo no era explotado en Cuenca.
“Conocía sobre calzado, pero me pregunté: Bueno y ahora qué calzado hago. No quería hacer lo mismo que mis compañeros, entonces empecé a elaborar este tipo de botas, aunque sea un parcito”, comenta. Así es como inició su camino y hoy ha consolidado la empresa, ‘La Casa del Pantanero’.
El empresario cuencano subraya que la clave al emprender es mirar a qué sector dirigirse, a quién voy a vestir, quién va a comprar. Se dedicó exclusivamente al calzado de trabajo y de seguridad industrial y hoy es uno de los cinco proveedores del Gobierno, con un 80 % de su producción.
El 20 % restante lo destina a ventas en el sector privado y a empresas como Nutrileche, Fibroacero y Rialto, entre otras.
Uno de los retos en este oficio ha sido encontrar mano de obra. Para eso, Don Alfonso se ha encargado de transmitir sus conocimientos a los obreros nuevos.
Trabajo
Son 40 trabajadores, la mitad de ese grupo son mujeres, quienes día a día laboran en la fábrica para abastecer el mercado nacional. Cecilia Yunga, hija de Don Alfonso y administradora de la empresa, destaca la labor de su padre, quien aún asiste e inspecciona los procesos, pese a que padece fibrosis pulmonar, una enfermedad que no lo detiene.
En la actualidad, la producción bordea los 25.000 pares al año. La época de pandemia lejos de afectar la industria, representó una oportunidad para crecer.
“El país atravesó por esta crisis sanitaria. Pero el calzado fue uno de los productos favorecidos porque los oficinistas dejaron de usar sus trajes formales, otros cambiaron su ropa de trabajo a la industrial o deportiva y el sector de la salud que nunca paró, fueron nuestros pilares como proveedores del Gobierno”, explica Cecilia.
En ese lapso, la facturación de la empresa se duplicó, alcanzando un millón de dólares anual, una cifra que cada año sobrepasa el 10 % de incremento.
Innovación hacia la tecnología brasileña
El aumento de la producción llevó a la fábrica de Don Alfonso a cumplir una meta este 2022: cambiar y mejorar el sistema de elaboración de calzado industrial. Con ese objetivo, se decidieron por la adquisición de maquinaria con tecnología brasileña, que les permite hacer una inyección directa al corte.
“El objetivo es hacer productos nuevos con precios más competitivos para el público para fortalecer y aumentar las ventas en el próximo año (…) Parecía algo inalcanzable, pero sí se puede”, cuenta Cecilia Yunga. La inversión en maquinaria suma 400.000 dólares.
Entre sus proyectos a futuro está la exportación, para lo cual han explorado los mercados de Perú y Bolivia. (PNH)-(I)
CIFRAS
7.000
pares de zapatos, de los 35.000 que requiere Petroecuador, fabrica actualmente ‘La Casa del Pantanero’. Los otros tres vendedores son de Quito y uno es de Ambato.
40 %
de valor agregado ecuatoriano requieren los productos para ser considerados como proveedores del Gobierno por el SERCOP.
