Golpes a la economía

Guste o no, si es “políticamente correcto” o no, la economía del Ecuador, como la del resto del mundo, está atada a los sucesos políticos. Sus consecuencias, en especial las negativas, repercuten en los mercados internacionales.

La inseguridad, en parte, pero sobre todo los resultados adversos obtenidos por el gobierno en la consulta, ni se diga el repunte de los movimientos políticos opositores al liberalismo económico, repercuten.

Así, por ejemplo, el riesgo país subió a 1.568 puntos, una cifra solo superada por Venezuela y Argentina. Este indicador económico refleja la capacidad de un país para cumplir el pago de su deuda externa, y en la capacidad para emitir bonos soberanos.

Este panorama puede complicarse si se concreta un nuevo levantamiento indígena y el eventual juicio político al presidente Lasso.

El ministro de Economía, Pablo Arosemena, ha insinuado dos cosas. Uno, el pago de los bonos y el vencimiento de capital a efectuarse después de la transición política en 2025.

Dos, el posible regreso, para ese año, del “populismo económico”.

Si bien son hipótesis, pero para nada descartables si se considera el apoyo popular a esa corriente política en las pasadas elecciones, ahora es preocupante la falta de inversión extranjera.

Ningún inversionista -nacional, incluso- arriesgará sus capitales ante semejante incertidumbre política. Si antes no lo han hecho en la magnitud proyectada por el gobierno, mucho peor ahora.

Y eso, como lo señala el ministro Arosemena, a pesar de los resultados en el manejo económico, reflejados en el incremento de la reserva internacional, la disminución del déficit fiscal y el nivel de endeudamiento, en especial tras la renegociación de la deuda con China.

Como se ve, un panorama lleno de incertidumbre, aunque ajeno para ciertos sectores políticos cuya meta es la desestabilización del país.