Madres privadas de libertad

Hugo Lucero Luzuriaga

Siendo el segundo domingo de mayo dedicado a celebrar el “Día de la Madre”, es momento para reconocer la abnegada labor de nuestras progenitoras, además de manifestar que como mujeres continúan siendo víctimas de una sociedad machista, sin embargo, de lo cual, debemos rendir pleitesía a la mujer que nos llevó en sus entrañas, nos crio, y nunca desmayó en darnos amor y protección. 

En este contexto y siendo justos y realistas, casi nadie nos acordamos de aquellas mujeres madres “privadas de libertad”, que por circunstancias muchas veces generadas desde la misma sociedad hoy se encuentran encarceladas, estando muchas de ellas viviendo en un “infierno terrenal”, con sus hijos menores de 3 años los llamados “hijos invisibles”, sobreviviendo con carencias de lo más elemental para el ser humano, pero tratando de dar su cariño maternal a seres que no tienen la culpa de haber nacido con una suerte casi de condenados.

El amor maternal existe independientemente de las discusiones de si la mujer criminal nace o se hace, son madres que no se han mutado a irracionales, recordemos que hasta los animales defienden a sus crías, ni se diga seres humanos que por circunstancias de la vida están recluidas sin que estos encierros coarten el racional y hasta instintivo amor a los críos. Madres estigmatizadas como delincuentes, con antecedentes de sufrir abandono, maltrato infantil, pobreza, pedofilia, drogas, violencia sexual y física, y más agresiones sociales que indujeron a delinquir; admitir además que son el producto de marginaciones sociales como respuesta a transgresiones de la ley.

Lo descrito es una situación triste y vergonzosa, ni se diga cuando estamos siendo víctimas de la delincuencia. Distinguidos “políticos”, he aquí un drama social que requiere como lo predican ustedes: “accionar en territorio”, obviando por un momento las funciones del “circo” en la Asamblea, cada vez con mayor número de pésimos actores; y también al Gobierno que demuestre lo que preconiza: ¡SERVIR AL PUEBLO! (O)