Los restos y los cuervos

Jorge L. Durán F.

¿Qué queda de los viejos partidos políticos; también de los movimientos que, igual, van camino a ser viejos, sino esqueletos en busca de sus números, de algún slogan, de algún color, de algún escudo, de idearios no, porque, asimismo, ¿son viejos cancioneros apolillados en algún anaquel?

Del otrora Partido Socialcristiano no queda sino “personajes de crónica roja”. Lo dijo Cynthia Viteri al dejar la alcaldía de Guayaquil.

Antes de Viteri abandonaron el barco otros prestantes socialcristianos, en especial cuando se hizo visible el pacto, secreto para muchos, entre Jaime Nebot y Rafael Correa, quien, hay que decirlo, es un prófugo de la justicia.

Nebot, escondido en su paradisíaca Mocolí, es el sepulturero de “la 6”. Desde que el PSC ganó la presidencia de la república en 1984 no ha reeditado este triunfo; pero ha cogobernado tras las cortinas desde la Asamblea. Ha movido los hilos de la rancia política desde otras instancias claves para la institucionalidad del país.

El poco oxígeno que le queda quiere racionarlo e intenta conseguir algo en las próximas elecciones, agarrándoles a todos en paños menores.

No de otra manera puede entenderse el apoyo a Jan Tópic, cuya hoja de vida está llena de lunares. Asoma con pujos de Chuck Norris, como si el narcotráfico y más delincuencia criminal fueran verrugas fáciles de extraerlas con pinzas y agua oxigenada.

Qué decir de la Izquierda Democrática cuya resucitación hacía un par de años de la mano de Xavier Hervas mareó a sus dirigentes. Sus asambleístas terminaron en ese saco de arribistas, de diezmeros, de escondederos el bulto para no pringarse las manos.

Hay otros partidos cuyos nombres ni vale mencionarles. Ahora hacen el papel de garrapatas. Por eso apoyan a candidatos que creen que gobernar el Ecuador es similar a subirse en un palo encebado o jugar un tres en raya.

Los movimientos son otros nidos de cuervos -habrá excepciones-, que a picotazo limpio se disputan lo que queda de la patria.

Es de verlos en apuros. Sus dueños quieren ser candidatos. A fin de copar la Asamblea no tienen empacho en proponer a los mismos cuervos echados de la Asamblea. ¿No tendrán asco de sí mismos?

Se enancan unos encima de otros para no ir al cementerio. Por eso brotan presidenciables como viruelas. Los más, serán chimbadores para que el cuervo prófugo, aun obteniendo pocos votos -provoca la desbandada de los otros- ponga en el poder a uno de sus cuervitos, a otros en la Asamblea; y con los que tiene en la Judicatura, en la Justicia, en el CNE, en el Cpccs y la CC, esparcir su plumaje sobre el país. (O)