Crimen repudiable

¿En el Ecuador se va imponiendo la barbarie? ¿Cómo así el país cayó en una espiral de violencia nunca antes vista, convirtiéndole en uno de los más inseguros de la región?

Por largo tiempo los ecuatorianos se vieron obligados a encerrarse en sus domicilios a causa de la pandemia. No quedaba otra alternativa para evitar contagiarse y salvar la vida.

Con las diferencias del caso, ahora lo están a causa de la violencia, orquestada por bandas criminales, bien organizadas, con matrices en otros países. Delinquen, asesinan, trafican droga e infunden terror, miedo y pánico entre la población civil.

Ahora cobran la vida de los políticos. Y ya son algunos, sea como candidatos o en funciones. Este fin de semana, usando fusiles “desconocidos” asesinaron al alcalde de Manta, Agustín Intriago, mientras cumplía actividades ligadas a su investidura.

Un hecho repudiable. La condena llega hasta desde el exterior. Enluta a su familia, a sus amigos, a la población de aquel próspero cantón; también al país, al tratarse de un personaje público. Si fue reelegido, no habrá sido así por así, sino por su compromiso y ejecutorias.

Alcaldes, prefectos y más autoridades elegidas mediante voto popular se vuelven vulnerables a todo tipo de ataques. Su seguridad personal está en peligro. El Gobierno debe asumir la responsabilidad de darles protección, en especial a aquellos en cuyas jurisdicciones campea el narcotráfico y otros tipos de delincuencia organizada.

Estamos en campaña electoral. Tal como están las cosas, ningún candidato a la presidencia de la república, incluso para asambleístas, está libre de un eventual ataque, así los resguarde la Policía.

Cabe preguntar. ¿Hasta cuándo este reguero de sangre, el conteo diario de los asesinados, entre ellos de algunos inocentes? ¿Hasta cuándo las masacres en las cárceles, como la ocurrida este domingo? ¿Hasta cuándo este ambiente de zozobra, de pánico general?