¡Este es mi Ecuador actual!

Francisco Chérrez Tamayo

Sí, lamentablemente este es mi Ecuador de hoy. Nunca nos  imaginamos llegar a sufrir estas consecuencias tan nefastas que estamos soportando; tantas ambiciones desmedidas y mezquinas de nuestros deshonestos  políticos, le han convertido a nuestro país  en tierra de nadie, donde reina  el anarquismo, la delincuencia, el narco tráfico, lo cual nos ha llevado a un estado de frustración e inestabilidad. ¿Dónde quedó nuestro orgullo, nuestra valentía, autoestima, y dignidad? ¿Cuándo se perdieron nuestros valores y principios? Salvo honrosas excepciones, hoy ya no existe la ética, el respeto, la educación, la consideración; peor hablar de cordialidad y solidaridad, esas son expresiones que desgraciadamente nuestros jóvenes no las conocen y peor lo pondrán en práctica.  La realidad que estamos viviendo es inimaginable, solo se ven en películas; jamás sospechamos en llegar a  padecer estos momentos, y menos que éste sea el futuro de nuestros descendientes! La inseguridad, la corrupción, la desocupación, la desatención a la salud, a la educación, han sido los máximos atropellos del poder político, comandados por un gobierno timorato y pusilánime. Estos malos gobernantes, rodeados de  corruptos y descarados  políticos, nos han cortado las ilusiones y la esperanza de un futuro promisorio y el orgullo de ser ecuatorianos. Y conste que me refiero a todos los gobiernos que a su turno  destruyeron el país; no me quejo únicamente de los revolucionarios de “manos limpias, mente clara y corazones ardientes”,  que obviamente son los que más se aprovecharon, y  en una década, arrasaron con la Nación! Por favor compatriotas, despertemos de este letargo en que nos han sumido, recuperemos la dignidad y la autoestima, reaccionemos antes de que el país se hunda por completo; no  nos dobleguemos frente al atropello de  políticos protervos, que durante décadas nos han demostrado que no son capaces de gobernar en bien del país. Recuperemos sin miedo ni temor nuestra  libertad; derrotemos la frivolidad, la mentira y la hipocresía de personas deshonestas y sin escrúpulos, que nos  han vivido engañando, y que solo buscan su bien personal. De nosotros depende recuperar la paz tan anhelada, para mantener una convivencia en cordialidad y con solidaridad. Nunca olvidemos que los dictadores tienen un límite, y solo llegan hasta donde el pueblo soberano les permita! (O)