Denuncia del alcalde contra el IESS

La denuncia pública de Cristian Zamora, alcalde de Cuenca, en contra del IESS, merece una investigación interna. También de la Fiscalía, en conocimiento ya de presuntas exigencias de pagos de coimas.

Como a todos los llamados “prestadores médicos”, el IESS adeuda al hospital municipal de la Mujer y El Niño alrededor de 5.5 millones de dólares, acumulados desde hacía varios años.

Las consecuencias son fáciles de deducir: está en riesgo la atención en salud a los pacientes derivados del Instituto. Lo está no por mala voluntad, peor por inhumanidad. No; de ninguna manera. Los hospitales, públicos o privados, funcionan con dinero para pagar al personal de salud, comprar medicinas, insumos médicos, etcétera.

No menos grave es el intento de corromper para, a cambio de una comisión, cobrarle al Instituto.

Según el alcalde, el IESS paga algunos valores, previo a los resultados obtenidos mediante auditoría propia.

En otros casos ha tercerizado ese servicio a una empresa privada. Es cuando surgen presuntas prácticas reñidas contra la ética y la moral.

Hechas las auditorías los reportes llegan al IESS. Pero, lejos de pagar los valores, los retiene; en otras palabras, se olvida, en la mayoría de los casos, durante años.

De acuerdo a la denuncia, una “interpuesta persona”, se supone de la tercerizadora, ha pedido coimas para privilegiar las auditorías y con ello garantizar la inmediata cancelación de los haberes.

Eso es grave. De tal pretensión lo conocen las autoridades del IESS en Cuenca y en Quito. El alcalde les ha pedido investigar. Ha hecho saber a la empresa tercerizadora, pero alega no conocer nada.

Según Zamora, similar chantaje lo habrían hecho a otros centros médicos privados. Pero esto es extraoficial. Si es verdad, les pide no callar, siempre y cuando no cedieron.

El alcalde dice tener los respectivos audios, fundamento de su denuncia. El IESS debe actuar. La Fiscalía investigar; y la Justicia, castigar.