La consulta y sus posibilidades

Le llueven las críticas al presidente Daniel Noboa por insistir en el primer paquete de preguntas para consulta popular, pese a la sutil petición hecha por la jueza constitucional Teresa Nuques, encargada de la sustanciación.

La juez, en efecto, le pidió ratificarse o no en las once preguntas, habiendo retirado sólo una: la relacionada a la reactivación de los casinos.

Desde el comienzo ese primer paquete fue objeto de duras y bien fundamentadas críticas, por cuanto constan en el sistema jurídico del país o se tramitan en la Asamblea Nacional.

Lejos de la reconsideración, Noboa insiste pese a la oportunidad dada para retirarlas. Ahora corresponderá al pleno de la Corte Constitucional aprobar o no las diez preguntas o algunas de ellas, tras debatir el informe a cargo de la juez Nuques.

No pocos dan por descontada la no aprobación. Además, porque las interrogantes estarían mal planteadas. Si es así, el presidente quedará en entredicho, cuando no “mal parado” políticamente.

Será el precio por no rectificar. Saber rectificar es una de las virtudes de un buen estadista, esquivo por varios años en el Ecuador.

El otro paquete de preguntas, nueve en total, enviado a la CC por el presidente Noboa como reforma constitucional, ha sido dividido en dos. Por lo tanto hay dos jueces para la respectiva sustanciación.

Este nuevo pliego fue tomado con mayor ponderación por los juristas, independientemente de sus posiciones personales respecto del gobernante; pues topa temáticas consideradas convenientes.

Sin embargo, y así lo hacen notar, hay preguntas, entre ellas la reforma al Código del Trabajo, no del todo bien vistas por ciertos colectivos, entre ellos las centrales sindicales, enemigas del contrato por horas, por considerarlo regresivo en materia de derechos.

Una pregunta podría echar abajo el propósito del gobernante (la seguridad), llamado a ubicarse en el contexto, así le sea favorable la aceptación popular.