Recordando a Espejo

Tito Astudillo y A.

Con motivo de la celebración del Día Del Medico Ecuatoriano, el 21 de febrero, conmemorando el natalicio de Francisco Xavier y Eugenio de Santa Cruz y Espejo (21 de febrero de 1747), médico, investigador, periodista, precursor y prócer de nuestra Independencia, quiero recordar que la vida del célebre personaje ha motivado brillantes páginas de la literatura ecuatoriana y, justamente estos días, releyendo a Eliecer Cárdenas Espinosa, en “La rebelión del Márquez”, encuentro fascinantes episodios de la vida del ilustrado ecuatoriano, novelados con la maestría del insigne autor de “Polvo y ceniza”.

Y así, de la mano de Eliecer Cárdenas, acompañamos al ilustre médico ecuatoriano, que en la novela se resume al doctor Francisco Eugenio, en la cotidianidad de la ciudad de Riobamba de fines de la Colonia, visitando a sus pacientes en las aristocráticas viviendas coloniales, examinando, diagnosticando, realizando sangrías y cirugía menor, recetando pomadas, pócimas, infusiones y emplastos, haciendo salubridad y prevención de la salud con sus consejos de bien vivir y proceder saludable; participando de la bohemia cultural de la ciudad; asistiendo a reuniones conspirativas y a citas amorosos, evitando a sus enemigos políticos. Y como no podía ser de otra manera, participando de sus fiestas y de las clásicas corridas de toros con la tradición protocolar española y la riqueza festiva vernácula en su esplendor, y más, en tratándose de celebraciones por la entronización de Carlos IV de España y de las Indias, organizadas por españoles, criollos y pueblo de la Riobamba Colonial.

El paso de Eugenio Espejo por la ciudad Riobamba Colonial, acontecimiento social, científico y político, ha motivado muchas páginas de la mejor literatura ecuatoriana contemporánea, como el caso de “La rebelión del Marqués” de Eliecer Cárdenas Espinoza, y de Iván Égüez, el bello texto, “Desventuras de un ilustrado del siglo XVIII y una liberante riobambeña conocida como el gran calzón flojo de la época”, que nos trae la selección, “Cuentos de libre amor”. Hay que leerlos. (O)