¡Corrupción Judicial!

Análisis político Marco Salamea Córdova

El caso “Purga”, llevado adelante en los últimos días por la Fiscalía General del Estado, daría cuenta nuevamente de que el Organo Judicial Ecuatoriano acusaría de una evidente y creciente proceso de corrupción; que involucraría sobre todo a varios jueces, cuyos dictámenes y sentencias habrían favorecido a personas vinculadas a grupos de delincuencia organizada y bandas narco delictivas.

Se trata de un caso vinculado a aquel otro caso mayor denominado como “Metástasis” y que daría cuenta también de los vínculos del grupo narco delictivo, encabezado por Leandro Norero, con funcionarios y Jueces del Organo Judicial.

Son casos que se hallan en proceso de investigación y cuyas principales pruebas serían hasta ahora conversaciones, a través de chats revelados por la Fiscalía, entre los supuestos involucrados en los mismos.  De aquí que el proceso investigativo debería continuar con la mayor rigurosidad, profundidad y objetividad; sobre todo para disipar aquellas suspicacias, en el sentido de que la Fiscalía General no sólo tendría una finalidad judicial (combatir la corrupción y la criminalidad), sino también una presunta intención política contra ciertos sectores o personajes políticos, con los que ha mantenido discrepancias públicas.

Por lo demás, el caso “Metástasis” y el caso “Purga” no son sino los casos más publicitados, últimamente, sobre la corrupción y la penetración del crimen organizado en el Organo Judicial y en otras instancias del aparato del Estado; pues junto a estos están casos anteriores, a los que no les ha dado una similar cobertura mediática y en torno a los cuales tampoco ha habido una preocupación fuerte y ágil por parte de la Fiscalía. Así tenemos, por ejemplo, los casos “Encuentro” y “León de Troya”; el primero, que revelaría la corrupción institucionalizada que se habría dado en las empresas públicas; y, el segundo, los nexos con la mafia albanesa por parte de ciertos altos funcionarios gubernamentales y jefes policiales durante el Gobierno anterior.

De cualquier manera, los diferentes casos, tengan o no el mismo tratamiento por la Fiscalía, lo que develan es la profunda crisis institucional y ética en la que han entrado no sólo el Estado y la política, sino también diversos ámbitos de la propia sociedad. (O)