Carcajadas

Cecilia Ugalde Sánchez                                  @ceciliaugalde

Pocas cosas aligeran tanto el alma y llenan el espíritu como llorar de la risa, esos momentos mágicos con la pareja, familiares, amigos o colegas en los que el humor detona carcajadas que terminan en lágrimas tienen un gran poder transformador y curativo. La risa no solo nos brinda un momento de alegría efímera, sino que también crea vínculos profundos y duraderos entre las personas, mejora nuestras relaciones y fortalece nuestro bienestar emocional.

Estudios, como los realizados por Laura R. Saslow y sus colegas, han demostrado que las experiencias positivas compartidas, como la risa, pueden generar una «resonancia positiva» entre las personas, fortaleciendo los lazos emocionales y promoviendo un mayor bienestar.

Además, la risa actúa como un lubricante social, suaviza las tensiones y facilita la conexión entre las personas. Daniel Goleman en su libro La Inteligencia Emocional (1995), afirma que la risa es una forma poderosa de construir puentes emocionales y mejorar la comunicación, lo que hace que, en momentos de estrés o conflicto, una dosis de humor pueda ayudarnos a encontrar perspectivas más positivas y a abordar los desafíos con mayor resiliencia.

El Dr. Lee Berk ha estudiado durante casi tres décadas los efectos que una buena carcajada tiene en nuestro cuerpo y cerebro, y ha encontrado que además de mejorar nuestro sistema inmunológico, reduce los niveles de cortisol, con lo cual disminuye el estrés, mejora la función cardiovascular y promueve el bienestar general.

Así pues, la risa es mucho más que una simple expresión de alegría, es un poderoso agente de conexión humana y bienestar físico y emocional.  Como Charles Chaplin dijo alguna vez, “un día sin risas es un día desperdiciado”, ¡no desperdiciemos nuestros días!