“Cortes puntuales” de energía

Los cortes del servicio de energía eléctrica en algunas ciudades, si bien “puntuales” como dicen las autoridades energéticas, constituyen alertas tempranas.

Eso ya ocurrió hace un año. El Gobierno de la época fue advertido. Es más, lo reconoció, pero actuó con parsimonia y hasta con un humor digno de mejor suerte.

Sobrevinieron los temidos “apagones”. Las pérdidas fueron millonarias no solo para el Estado; también para el sector productivo, aun para las familias ecuatorianas.

Ahora vuelven los temores, y las primeras señales acaban de mostrarse.

Y, como siempre, no faltan las justificaciones, si bien el Ministerio de Energía descarta racionamientos programados.

Acusan al pasado de no haber dado mantenimiento oportuno a las centrales termoeléctricas e hidroeléctricas más importantes, y de hacerlo ahora de forma urgente, en cuyo caso no operan con toda su capacidad instalada.

Es más, Coca Codo Sinclair, durante 2024 será sometida a mantenimiento programado y estructurado. Para suplir sus aportes, las otras deben estar listas en su totalidad, y en eso trabajan. Es el “consuelo” dado por el viceministro de Electricidad, Ramiro Díaz. ¿Será de creerlo?

El próximo estiaje está a las puertas. Ahora mismo los cauces de los ríos están bajos por la falta de lluvias. Si no las hay, las consecuencias las sufren las hidroeléctricas.

Empero, el asunto es más complejo, dramático si se quiere: no hay inversiones en el sector eléctrico; y por la incongruente normativa la empresa privada no lo puede hacer, excepto el Estado a través de sus empresas: CELEC en la generación y CNEL en la distribución, amén de otros problemas como los subsidios.

Si el Gobierno actual no asume tan agudo problema con seriedad, busca reformar la legislación para cambiar la arcaica en pro de la inversión privada en el sector eléctrico, entre otras urgencias para garantizar el servicio, el fantasma de los apagones volverá a aparecer a mediados de 2024.