El nuevo presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se comprometió este domingo a que no quedarán impunes los responsables por el «genocidio» que causó la pandemia de la covid-19 en Brasil, donde murieron casi 695.000 personas.
En su primer discurso, ante el Parlamento, Lula afirmó que «en ningún otro país, la cantidad de víctimas mortales fue tan alta proporcionalmente a la población».
«Las responsabilidades por este genocidio han de ser investigadas y no deben quedar impunes», dijo Lula, que criticó directamente a la «actitud criminal de un Gobierno negacionista» liderado por el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Bolsonaro negó la gravedad de la pandemia y lideró una campaña de descrédito contra la vacunación, que ha contribuido a que el país siga con bajas tasas de inmunización contra la covid.
La ceremonia de investidura se celebra bajo estrictas medidas de seguridad, debido a amenazas de activistas del bolsonarismo más radical que exigían un golpe militar para mantener al líder de la ultraderecha en el poder.
En el Parlamento están presentes delegaciones de medio centenar de países y todo el cuerpo diplomático acreditado en el país.
Entre los asistentes figuran el rey de España, Felipe IV, y los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Colombia, Gustavo Petro; Chile, Gabriel Boric; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Uruguay, Luis Lacalle Pou; Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa;,y Alemania, Frank-Walter Steinmeier.
Las ceremonias oficiales concluirán con una recepción que será ofrecida por Lula a las delegaciones extranjeras en el Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería, vecina a las sedes del Parlamento y del Gobierno. EFE