A la hipnosis suele asociarse con sueño, inconciencia y hasta esoterismo. Pero más bien se trata de un estado neurofisiológico especial de conciencia como un recurso para tratar distintas enfermedades.
Los pacientes siempre están conscientes durante las consultas y tratamientos, asegura Fernando Sarmiento, presidente de la Asociación Hipnoterapia del Ecuador.
“Nuestra vida discurre en hipnosis todo el tiempo. El ser humano pasa hipnotizado el 95% de su vida y el 5% respondemos de manera pseudo-racional”, indica el galeno.
Sarmiento explica que la hipnosis no es un estado alterado de conciencia. Pero sí una amplificación de la misma, lo que se puede evidenciar en distintas actividades del diario vivir: cuando una persona maneja un vehículo, lee un libro o presenta una enfermedad leve, grave o crónica, porque su atención está fijada en los síntomas.
“Los pacientes que asisten a la consulta vienen en estado de hipnosis y nosotros lo que hacemos es deshipnotizarlos”, acotó.
No se utiliza la sugestión
Camila Sarmiento, especialista en psicología forense y peritaje psicológico, compartió que en este método no utilizan la sugestión, que es considerada como el poder de influencia que una persona ejerce sobre otra. “Nosotros somos solamente guías, pero no impregnamos en el cerebro humano, porque eso no es ético”.
Lo que se busca es que “la sanación venga del mismo paciente”, una vez procesada su historia de vida (inclusive los que vienen desde la fase intrauterina) o todos los contenidos que están detrás de los síntomas, expresa Camila, quien forma parte de la Sociedad Ecuatoriana de Hipnosis Terapéutica.
La experta indica que esta terapia no ataca al síntoma, enfermedad o fuerzas que las producen, sino más bien las integra holísticamente para que pierdan su fuerza y en un momento dado desaparezcan sin necesidad de fármacos.
“El cuerpo no se enferma al azar sino por la información que le vamos dando a nuestras células”, menciona.
Asegura que la terapia con hipnosis difiere de la piscología convencional conductista porque los conflictos no están a niveles superficiales del cerebro. Están dentro de las capas psíquicas.
Los profesionales reconocen que la hipnosis genera cierta incredulidad y hasta resistencia en la parte científica, “opacando sus bondades”. Sin embargo, es por la falta de información e investigación, por lo que conminan a conocer más sobre este campo. (I)