Desde el inicio de la humanidad hemos buscado agruparnos, asociarnos, hemos sido parte de una tribu u otra, ya que, en teoría, un grupo solamente necesita un interés común y una manera de comunicarse para formar una tribu. Seth Godin menciona en su libro Tribes, we need you to lead us (2008), que las tribus necesitan liderazgo, a veces es una persona la que lidera, a veces más de una.
Al ser seres eminentemente sociales, necesitamos ser aceptados por la tribu, necesitamos ese sentido de pertenencia, nuestra supervivencia como especie y nuestra salud mental dependen en gran parte del hecho de ser parte de una o más tribus, sin embargo, aquello que nace por la búsqueda de protección y confort, puede transformarse en una de las principales maneras de manipular o presionar a las personas para que actúen de una manera u otra siguiendo los preceptos del líder para ser aceptados y evitar el rechazo de la tribu (Carroll, 2023).
Malcolm Gladwell en su Bestseller The Tipping Point (2002) menciona varios ejemplos de cómo actuamos para sentirnos parte del grupo, y de lo fuerte que esa presión puede ser en términos de búsqueda de pertenencia y aceptación. Una corta revisión al acontecer noticioso mundial y un mínimo análisis del manejo de la opinión pública nos puede dar una clara idea de los peligros que tiene el deseo de pertenencia tribal, no podemos abandonar nuestros principios o aceptar injusticias por miedo al rechazo grupal o para seguir siendo parte del grupo.
Si consideramos que no pertenecemos únicamente a una tribu, sino a muchas, y que con el avance tecnológico este número de tribus siguen aumentando, resulta importante ser críticos y tener claros los peligros de aferrarnos a esa pertenencia tribal. (O)
@ceciliaugalde