La comunicación sobre los acontecimientos políticos y sociales en el país nos demuestra claramente la rapidez con la que cambian los titulares en los medios de comunicación sobre los problemas que nos aquejan, es tal esa rapidez que es imposible que, así de inmediata sea la solución de estos. La información que se produce es determinante en la formación del pensamiento y la opinión pública. Los medios de comunicación masiva y las redes sociales se han constituido fuentes de poder, dominación y cambio social, usados por las diversas esferas sociales.
Son fundamentales porque la información que no existe en estos medios simplemente no existe en la opinión pública. Los diversos acontecimientos políticos y sociales condicionan a que los medios de comunicación cambien sus titulares de manera repentina, y se han ingeniado para dar a conocer las agendas permitiendo que la sociedad este al día sobre lo que sucede en tiempo real.
Lo realmente preocupante en nuestra sociedad es la facilidad con la que los ciudadanos tendemos a olvidar las noticias que fueron titulares de hechos de preocupación y conmoción social en días pasados. La inmediatez de la información con la que se da conocer las malas noticias en el ámbito social y político, es rápidamente opacada y olvidada por una nueva mala noticia, un nuevo escándalo de corrupción, una nueva masacre carcelaria, un nuevo caso de sicariato. Después del escándalo mediático son pocos los medios que dan seguimiento a los procesos jurídicos para conocer la debida sanción a quienes han delinquido, por ello, es alarmante la manera como los actores políticos olvidan y eluden su responsabilidad frente a lo públicamente conocido, no existe una solución real a los hechos que vivimos hoy en día.