Los ecuatorianos hemos enfrentado varios retrasos y dificultades debido a la mala gestión de las autoridades locales en los últimos años. Cierto es que el país ha experimentado una crisis económica agudizada por altos niveles de desempleo, la deuda pública, además la corrupción ha sido un problema persistente en Ecuador y quienes sufren más las nefastas consecuencias son los gobiernos de cercanía.
Situaciones que han afectado negativamente la confianza en las instituciones públicas, el sistema de salud pública ha sido deficiente, incluyendo la falta de acceso a atención médica y de medicamentos; la educación pública sin recursos y la baja calidad de la enseñanza, la infraestructura vial es deplorable, y en general los servicios básicos, todo afecta a la calidad de vida de los ciudadanos.
Esperamos que las nuevas autoridades sean transparentes en su gestión y toma de decisiones, rindan cuentas, que esten abiertos a la participación ciudadana, que de acuerdo a sus competencias legales y constitucionales promuevan políticas que impulsen la reactivación económica generando empleo y oportunidades para todos, que tomen medidas concretas para combatir la corrupción y fortalecer las instituciones encargadas de prevenir y sancionar este delito, que trabajen para mejorar la calidad de acceso a los servicios públicos para quienes les apoyaron o no en las urnas. Tenemos expectativa del cambio ofrecido. (O)