Por primera vez en la historia del país, hay una candidata a la presidencia, aclaro que no estoy alineada política ni ideológicamente a ella, yo soy feminista, pro derechos, y apoyo la libre decisión. Sin embargo, es importante analizar las razones por las que se debe votar por una mujer, desde un enfoque feminista.
La representación y la diversidad es una de las prioridades de la agenda feminista, más aún en el ámbito político, una mujer en la presidencia implica patear el tablero del patriarcado; es una oportunidad para debilitar al sistema y promover un cambio estructural hacia la igualdad de género.
Una mujer en la presidencia podría significar el desarrollo de políticas centradas en las mujeres, abolir desigualdades sustanciales como la brecha salarial o el acceso laboral, ni qué decir de la erradicación de la violencia y la discriminación por razones de género. En resumen, inclinar la balanza en pro de la justicia social.
Pero no creo que el país esté preparado para votar por una mujer que tenga en su agenda estos lineamientos; a ninguno de los actuales candidatos, incluida Gonzalez, le preocupan a fondo estos temas, así que a elegir con mucha conciencia.
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