El jueves pasado, con oportunidad de los 30 años de Ecuagenera y la reapertura del hotel Uzhupud Garden, reabrió sus puertas lleno de orquídeas de toda variedad; realmente está con miles de flores. Entonces, hablamos de lo acogedor y lo bonito del lugar, el que se convertirá en un atractivo turístico para ecuatorianos y extranjeros y comentamos que lo mismo podría tener Cuenca con un precioso y enorme jardín botánico, pero, lamentablemente, se encuentra abandonado y deteriorado. Como todos conocemos está ubicado en el Paseo del río Tarqui y río Cuenca y actualmente no tiene la variedad de plantas que debería disponer un lugar como este, dedicado a la conservación y educación sobre tema de flores y al ornato.
Un jardín botánico, en cualquier parte del mundo, está destinado a la divulgación de diversidad de especies de flores y son generalmente organizaciones museísticas habitadas por especies vivas de carácter público, ya que son lugares de excepcional belleza, que son visitados a diario por los turistas. La colección y la conservación de plantas locales o exóticas más la protección de especies en riesgo de extinción ayudan a la reproducción de nuevas especies.
Para el Jardín Botánico de Cuenca, la señora Cecilia Vicuña de Mata quiere entregar para el Municipio de Cuenca su colección de bonsáis que la cultiva por más de 30 años. La señora Cecilia se dedica al arte de cultivar árboles y plantas arbustivas con un tamaño pequeño. Al cultivar estos árboles “enanos” se consigue belleza y según dicen los japoneses sirve para atraer la buena fortuna y las buenas energías para el día a día. El Municipio debería adquirir estos cientos de bonsáis para el Jardín Botánico de Cuenca. (O)