Hemos sido abandonados por completo, si, así como se lee, y de manera literal, nuestras autoridades elegidas supuestamente para velar por el desarrollo de un país – provincia – ciudad, nos han abandonado por completo, y tan solo nos basta mirar lo cercados que nos encontramos en un espacio peligroso e inseguro en el cual habitamos los cuencanos en los últimos años. Intentemos movilizarnos a la capital de la Republica y descubriremos que necesitamos unas cuantas horas si es que lo hacemos por tierra o, unos cuantos ceros menos en las cuentas si lo queremos realizar por avión.
Si, a esto le sumamos el desorden campante que reina en las calles, vías de acceso, mercados o centros turísticos descubriremos que durante varios meses o años nuestro entorno se ha visto avasallado por todo tipo de ciudadanos que para nada tienen buenas intenciones en la sociedad, el peligro reina en el entorno, y ahora sí, no podemos decir que se trata de un tema de “percepción ciudadana”.
Si salimos por las noches, descubriremos a ciudadanos libando en la vía pública o competencias de equipos de sonido, de velocidad, acrobacias o cualquier otro acto que pone en riesgo a nuestra sociedad y a la gente que transita por las calles.
Elevemos un clamor a las nuevas autoridades para que tomen cartas en el asunto y solucionen de una vez por todas este gran malestar que nos aqueja. (O)