Miles de peregrinos de todo el mundo llegan a Portugal por tierra, mar y aire a pocos días de que comience la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), evento católico que acogerá Lisboa y su área metropolitana del 1 al 6 de agosto y que será encabezado por el papa Francisco.
En grandes grupos, por parejas o en solitario, los participantes de la JMJ lusa, ataviados con rosarios, cruces, mochilas con el logo del evento o camisetas con mensajes religiosos e imágenes del pontífice, son fácilmente reconocibles por todo el país mientras se dirigen a la capital.
La organización espera la presencia de cerca de un millón de fieles, aunque la cifra de inscritos indica menores niveles de participación.
Según los registros, España, Italia, Portugal, Polonia y Estados Unidos, por ese orden, son los países que aportarán más participantes.
El aeropuerto de Lisboa, uno de los principales puntos de entrada al país, es este sábado un hervidero de actividad, con la llegada constante de grupos de peregrinos que cantan, aguardan instrucciones de los coordinadores o rezan.
Beatriz Barros, una voluntaria que trabaja en uno de los puestos de información que la JMJ ha instalado en el interior del aeropuerto, explica que los peregrinos que han llegado en avión estos días son mayoritariamente de Estados Unidos, Canadá, América Latina y África.
«Hoy ya notamos que hay mucha más afluencia de personas, muchos más grupos llegando. Estamos aquí desde el lunes, llevamos toda la semana, y se nota cada día que hay más y más personas llegando», afirma en declaraciones a EFE.
Entre los recién aterrizados se encuentra el estadounidense Kevin Bohli, que ya ha organizado viajes grupales para jóvenes en las seis ediciones anteriores de la JMJ.
Explica a EFE que, en esta ocasión, coordina un grupo de 130 personas, que se quedará en Portugal durante 10 días y que visitará además el santuario de Fátima, un epicentro de peregrinación católica en el país ubicado 130 kilómetros al norte de Lisboa.
«Nos hemos dividido en dos vuelos y acabamos de aterrizar y ahora nos subiremos a autocares. Vamos tres días a Fátima para un retiro y después volveremos a Lisboa para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud», explica.
En la céntrica plaza lisboeta de Marqués de Pombal, donde tendrán lugar algunas de las principales actividades de la JMJ, pasea Rocío Pérez, una española que llegó este viernes a la capital lusa como voluntaria junto a una amiga, pero que en apenas 24 horas ha logrado juntarse a otro grupo de españoles que supera la decena.
«Hemos ido conociendo a gente a raíz de la casa en la que estamos durmiendo y nos hemos hecho amigos sobre la marcha», aclara.
Ante la llegada masiva de peregrinos, Portugal ha preparado un fuerte dispositivo de seguridad con miles de efectivos, visible en grandes ciudades, como Lisboa, donde se ha multiplicado la presencia policial en aeropuerto, puertos, vías públicas y en los puntos de concentración de visitantes.
Además, el país ha recuperado los controles documentales en las fronteras, de forma «excepcional», entre el 22 de julio y el 7 de agosto y ha impedido la entrada a más de 90 personas sobre unos 330.000 ingresos.
La JMJ estará presidida por el papa Francisco, que está previsto que llegue el 2 de agosto a Portugal, visite Fátima el 5 y vuelva a Roma el 6. EFE